Este dios no es tigre

Los Tigres del “Tuca” merecían mucho mejor suerte aunque, dicho de dioses, en el futbol los méritos se llaman goles. Con solo dos partidos perdidos en el torneo y un futbol talentoso que hacía soñar a Tigres y sus más que fieles seguidores en grande con motivos más que justificados.

Por si fuera poco la jugada que lo echa fuera es el autogol más bobo de muchos autogoles de muchas temporadas en todas las categorías.

Chile piquín con chamoy y ácido sulfúrico

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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La jugada que echa fuera a Tigres es el autogol más bobo de muchos autogoles

Los Tigres del “Tuca” merecían mucho mejor suerte aunque, dicho de dioses, en el futbol los méritos se llaman goles. Con solo dos partidos perdidos en el torneo y un futbol talentoso que hacía soñar a Tigres y sus más que fieles seguidores en grande con motivos más que justificados.

Por si fuera poco la jugada que lo echa fuera es el autogol más bobo de muchos autogoles de muchas temporadas en todas las categorías.

Chile piquín con chamoy y ácido sulfúrico

Ese autogol espantoso surge de  la rebanadota de Israel Jimenez, campeonísimo olímpico con el Tri de mi corazón cuando nadie lo presionaba, cuando su portero Enrique Palos iba por ese balón sin trascendencia, esa tristísima jugada le mete más dolor y más chile piquín con chamoy y ácido del que sea a la herida que mata a Tigres.

Les aseguro que de 10 mil intentos para despejar un balón similar o de mucho más dificultad  de Israel,  solo una vez la chorrearía así; solo que esa única vez se le ha dado en el juego que su equipo ganaba, dominaba y se perfilaba a calificar dueños de su propio destino.

Ese autogol que da el empate a Rayados eliminó en el global al superlíder Tigres en una contradicción de los “dioses del Estadio”, que para acabarla de completar se da en favor de los acérrimos rivales.

Rayados, los bendecidos de los dioses del estadio

Desde que se meten gratis y de reintegro como novenos en la general, tomando el sitio que le correspondía al Querétaro, que por descender no accedieron a  la Liguilla.

Doy la razón y me solidarizo con el Tuca que señala:  “… la única ventaja que tenía el superlíder se la quitan, ahora no importa el primer lugar sino calificar”.

Y sobre el tema al final del partido añade de salida: “…ahora sí me quedo con que el primer lugar tiene maldición”.

En contraparte, estos Rayados protegidos de los dioses han sacado el cuchillo para ponerlo entre los dientes esperando al América, que pasó aceite para dejar fuera a estos Pumas valientes que han recuperado esa mística que se había quedado enterrada bajo un árbol allá en la cantera, después de esa metidota de pata que hizo Alberto García Aspe al entregar la plaza al técnico Mario Carrillo. Fue algo así como “La Iglesia en manos de Lutero”.

Piojo: Los atinos y desatinos

América está para pelearle el título al que sea.

Bajo la batuta de Miguel el “Piojo” Herrera hoy marcan diferencia, hay convicción en el grupo, las variantes funcionan y los resultados están a la vista.

La meta es clara, brincar la semifinal y pelear el título por tantos años soñado, solo que a su técnico lo sigue traicionando ese carácter explosivo y bravucón  que le hace reclamar a los árbitros hasta por las agujetas de sus zapatos mocasines.

Esto se contagia al grupo y por ahí ya hasta Rubens Sambueza pierde los estribos, luego sale a rectificar sin mucha convicción.

América está cerca de la final y son estos pequeños–grandes detalles los que pueden dejarlos fuera. 

Esto es la liguilla,  máxime cuando del otro lado de la gran batalla estará el mas ecuánime de los técnicos, el llamado “Rey Midas”.

En Cruz Azul siguen soñando

Monarcas tomó desde muy temprano el control del juego y aun así Cruz Azul tuvo tres con Mariano Pavone para matar en el primer tiempo, solo que el argentino no estuvo, lo que algunos llaman “fino”, para no cargarle las mentadas a tal grado que después de fallar la tercera sale por lesión (habrá que creerle).

El gol monarca cae al final del primer tiempo, después lucha sorda, de enorme desgaste que obliga a los Azules a despejar balones como sea y por todos lados, algo así como sacar agüa del pozo.

Los últimos 20 minutos que para los millones de cruzazulinos fueron como 20 años, aún así les alcanzó para meterse a la semifinal y seguir soñando con cosas todavía más grandes.

Ni berrinches de Tomás

Ni el gol tempranero de Omar Bravo hicieron perder la concentración a este Santos Laguna que sacó no solo el colmillo sino el convencimiento del grupo a la propuesta del técnico Pedro Caixinha; a quien hoy debo reconocerle que me como mis palabras de duda por su capacidad cuando llegó al relevo en este cuadro lagunero que hoy ya vive la semifinal de nuestro futbol.

Dos combinaciones más de nivel que de pasión nos entregarán lo que para los “defeños” es la final soñada: América– Cruz Azul. 

Pero para esto falta todavía un buen trecho, pero los dioses del futbol nos pueden poner de regreso la revancha en final Monterrey–Santos. 

¡Arrozzz!… Así de fácil. 

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