F1: enemigo en casa
Una ley no escrita, pero con obligación de cumplirla por cada piloto al pié de la letra en cada Escudería de la Fórmula Uno, es la de competir para superar al propio compañero.
Esta situación que de inicio parece contradictoria, pero que es al fin y al cabo el primer objetivo al alcance de cualquier piloto, tomando en cuenta que los autos de cada escudería son idénticos, salvo que uno de ellos reciba por anticipado algún “setting” o modificación especial, en cuyo caso muy pronto los dos autos utilizarán esta posible mejora.
Alfredo Domínguez Murohttps://youtu.be/EhIgdVulTY0
Una ley no escrita, pero con obligación de cumplirla por cada piloto al pié de la letra en cada Escudería de la Fórmula Uno, es la de competir para superar al propio compañero.
Esta situación que de inicio parece contradictoria, pero que es al fin y al cabo el primer objetivo al alcance de cualquier piloto, tomando en cuenta que los autos de cada escudería son idénticos, salvo que uno de ellos reciba por anticipado algún “setting” o modificación especial, en cuyo caso muy pronto los dos autos utilizarán esta posible mejora.
‘No puedo decirte eso, Lewis’
Este domingo, durante el Gran Premio de Estados Unidos en el espectacular Circuito de las Américas en Austin, Texas, por ahí de la vuelta 32, cuando el Mercedes de Nico Rosberg iba a la cabeza rodando detrás de él su compañero Lewis Hamilton, éste pregunta a su ingeniero acerca de algunos “settings” en el carro de Nico, de inmediato este ingeniero le responde corto y puntual como todos los avisos desde boxes a los pilotos: “No puedo decirte eso, Lewis”, tomando en cuenta las nuevas disposiciones de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), buscando restar el peso específico que tiene la telemetría en los Fórmula Uno.
Nico revienta
Varias vueltas más adelante, en la 41, aparece una bandera amarilla por el accidente del Red Bull del ruso Daniel KVYAT, reduce la velocidad, forma el trenecito en lo que se resolvía el problema en la pista, lo que beneficia al Mercedes de Lewis, que así entra por nuevos neumáticos y se coloca tras los espejos de su compañero Nico Rosberg.
La presión que ejerce Lewis es tremenda, conoce a Nico, lo tiene medido, lo trae de bajada, sabe cómo sacarlo de concentración y así en la Vuelta 48, Rosberg pierde el control, se sale de la pista, recupera pero ya es tarde, Hamilton ha tomado el liderato que lo enfila a cerrar en la vuelta 56, recibiendo la Bandera a Cuadros como líder de la competencia y de automático asegurar el título del mundo.
La gorra y el champagne
La cara de funeral de Nico en el podium lo describe todo, no festeja con el tradicional baño de champagne, minutos antes en el cuarto aledaño al podium, un eufórico Lewis Hamilton se había colocado la gorra de Pirelli con el “1”, lanzándole a Nico la que tenía escrito “2”, un frustrado Nico se la regresa de la misma manera, aunque al rato se la coloca como marca el protocolo.
Sin duda Lewis le tiene tomada la medida, lo supera desde la mitad de la temporada pasada y Nico no se ha podido sacudir esa jetatura, es la pelea en la propia Escudería Mercedes la que ha derrotado a Nico, no solo en la pista, sino mentalmente.
Así las cosas pues, sin duda en la F1 el enemigo ¡está en casa!.. Así de fácil.