Afortunadamente, no hemos tenido muchos sucesos de violencia, pero tampoco está esto para mandarlo a la estadística y olvidarlo.
Uno de los temas graves en la bronca que se suscitó entre el equipo de Tigres, sus aficionados, que eran mucho menor cantidad, lógico, estaban en el Puerto, es sin duda la respuesta tardía de la autoridad, el otro punto es la falta de respeto a esa misma autoridad.
Estamos acostumbrados a que nuestras autoridades solamente porten esos escudos de plástico, cuando mucho unos garrotes, y esto que se ha dado en las calles y en las manifestaciones y en los paros en los temas como el día del gasolinazo, con todos aquellos barbajanes que salieron a robar impunemente, en los que pueden 10 personas detener una carretera o una vía rápida, o toman las casetas y se roban los pagos, en donde la autoridad no hace más porque no queremos generar violencia.
Esto ha derivado y usted y yo tendremos que aceptarlo, en una falta de respeto a la autoridad, a tal grado que los vemos y ya no generan ese respeto.
También el número de guardias, de policías, de granaderos, lo que usted quiera, en este estadio de Veracruz, lo cual se manifiesta porque también el estado de Veracruz es en estos momentos un tema más que político en donde quiera que se paren y se encuentren.
No se puede olvidar la reacción de Fidel Kuri, dueño del equipo y político, fue diputado en la legislatura pasada con el PRI, no se puede olvidar su reacción cuando dijo, “si gana Migue Ángel Yunes”, que ganó, “me llevo a mi equipo de Veracruz”.
Tampoco se puede pasar por alto el enfrentamiento que hay con Fidel Kuri y con el alcalde de Boca del Rio, el hijo de Migue Ángel Yunes.
Y por lo tanto ahora se trata de sacarle el papelito y que cubra todos los requisitos que durante mucho tiempo el Veracruz no cubrió en la administración de Javier Duarte, pues porque se los perdonaban, o se los regalaban.
El punto aquí es que todo esto está muy politizado, politizado porque ahora al Veracruz le van a contar paso a paso, respiración a respiración y aficionado tras aficionado y esto está bien, pero al final de cuentas el que sufre es la seguridad en el estadio.
Hay un protocolo que se firmó hace tiempo entre la Federación Mexicana de Futbol y las autoridades federales, en el sentido de que en casa estado, en cada ciudad, en cada ayuntamiento en donde haya un estadio de futbol habría que generar u protocolo.
Por lo visto en el estadio de Veracruz el protocolo no existe, y esto derivó en esta bronca que afortunadamente no podemos contar una desgracia mayor, pero no politicemos ni acumulemos presión en eso… la olla de presión.