“Haiga sido como haiga sido”
Nuestra Liga MX muestra la cara amable y alegre de nuestro muy sui generis sistema, hasta hoy nadie ha presentado otro que lo supere en los objetivos específicos de la Liga, cuando en esta última semana hasta 14 de los 18 equipos pueden meterse al grupo de los 8 privilegiados.
Cifra por demás optimista si la vemos en la óptica de competitividad, que genera expectativa y mucha emoción.
¿A la alza o a la baja?
Alfredo Domínguez MuroNuestra Liga MX muestra la cara amable y alegre de nuestro muy sui generis sistema, hasta hoy nadie ha presentado otro que lo supere en los objetivos específicos de la Liga, cuando en esta última semana hasta 14 de los 18 equipos pueden meterse al grupo de los 8 privilegiados.
Cifra por demás optimista si la vemos en la óptica de competitividad, que genera expectativa y mucha emoción.
¿A la alza o a la baja?
Lo parejo de nuestra Liga puede verse como aquel vaso a medio llenar, lo vemos como un vaso medio lleno o como uno medio vacío, cosa de cada quién.
Lo cierto es que llegamos a la última jornada con solo 4 de los 18 equipos eliminados matemáticamente, los demás se la juegan en esta última fecha. Algunos, como el flamante campeón de Concacaf, Cruz Azul, y curiosamente el finalista Toluca, están más que amarrados, al igual que los sorprendentes Pumas.
Para Santos, América y Xolos la cosa no es complicada, con un punto se meten. Los demás: Morelia, Pachuca, Atlas, Querétaro y Chivas pueden meterse ganando. Luego los “bocabajeados” del León, Chiapas hasta los Rayados, que con todo y su mediocre temporada, también tienen su chance.
La Liga MX de esta temporada ha sido pareja, pero muy lejos de la calidad y emoción de las dos últimas temporadas en las que si bien ya estaba todo decidido, en la última fecha tuvimos más calidad, mejores partidos y hasta más emociones.
¿Alguien tiene algo mejor?
En casos como el de esta temporada tan pareja, a la baja, que va a terminar premiando la mediocridad de la temporada regular, comienzan a alzarse voces pidiendo lo que muchos llaman “justicia deportiva”. Es decir, coronar campeón al que haga más puntos al final de temporada sin irnos a la liguilla, solo que aquí es en donde y con gran tino los “dueños del balón” encontraron en la fórmula de jugar dos torneos por año con sus respectivas liguillas el ingrediente de emoción y hasta pasión que solo los partidos a nocaut directo pueden dar.
Este es pues el equilibrio entre lo deportivo y el espectáculo, las liguillas son sin duda, más que una fiesta, un acontecimiento que revive moribundos en las plazas privilegiadas.
Hace unos meses, León completito vibró y bailó al son de liguilla. Antes el América y su milagroso empate de último minuto y luego triunfó sobre Cruz Azul, y así vamos hacia atrás encontrando que son las liguillas el equilibrio en nuestra Liga MX. Claro, hasta que alguien nos presente algo mejor.
Temporalidad y mediocridad
La urgencia de resultados inmediatos en torneos cortos provoca escasez de planeación y desarrollo. Aun así, el que se metan ocho de los 18 pone equilibrio a esta parte.
Ahí están los Rayados de ahorita como muestra, que en combinación de resultados pueden sacar boleto a pesar de una temporada infame.
Buscar los puntos necesarios para meterse a sabiendas que allá en la liguilla todos parten de cero con la única ventaja de que los primeros clasificados del gol de visitante provocan también el culto a la mediocridad.
Abundan los casos de equipos que se comen la liga a puños solo para llegar a la liguilla a cometer un error, un descuido y adiós.
Este lunes comentaremos de los técnicos que se lavan la cara con la liguilla. La lista la encabeza Mohamed, quien se confirmó en las Águilas que hoy vuelan bajo… Así de fácil.