No sé qué pretenden los puristas y reventadores de oficio que le pegan al Tri por todos lados durante y después del partido ante Panamá, cuando la tesis es muy simple, ganar a como de lugar y ya después pensar en el tru-tru y el trabajo de equipo, “haiga sido como haiga sido”.
Y los saludo desde el Estadio Nacional de Costa Rica en la capital de San José, inmueble que se ubica en este predio conocido como la Sabana. Aquí hubo un estadio que a lo mejor usted y yo no conocimos, el famoso Estadio de la Sabana, donde jugó Costa Rica en los años 50 y 60. Se derribó ese estadio por este obsequio del gobierno chino en la celebración del nuevo acuerdo del libre comercio entre China y Costa Rica hace tres años, y de ahí obviamente la entrada a centroamérica, pero esta es una historia. La otra es la que se va a desarrollar esta noche en este hermosísimo estadio, y es la historia del equipo mexicano. He tenido la fortuna de ver a Costa Rica en muchas ocasiones ante la Selección Mexicana, y hemos tenido partidos de todos sabores, de chile, de dulce y de manteca como nuestros tamales, pero jamás uno de mole como estos en donde Costa Rica tiene la calificación en la mano y nosotros venimos a buscar una victoria que nos permita seguir esperanzados en llegar a la Copa del Mundo. Estas son las circunstancias absolutamente al revés de las que hemos vivido en muchas ocasiones aquí en centroamérica, ya las circunstancias, que si la soberbia, que si nos sentíamos Juan Camaney o que Pedro Navajas nos quedaba chiquito ya se hizo a un lado. Hoy finalmente…
Estamos con los pies en la tierra
Una generación de jugadores que nos dio la satisfacción de una medalla de oro en los Juegos Olímpicos y ser los ganadores de la Concacaf e ir a la Copa Confederaciones ya es lo de menos.
Al final de camino hay un compromiso puntual de Víctor Manuel Vucetich y no entiendo por qué, entre gitanos no nos leemos las manos, como muchos de mis colegas le siguen poniendo la guadaña a Vucetich, insisto, no entiendo, el compromiso se hizo, ahí está la Selección, hay que hacer algo para sacar los resultados y el compromiso fue sacar la victoria con esa frase del sexenio pasado…
‘Haiga sido como haiga sido’
A final de cuentas así se sacó la victoria en la cancha del Azteca ante Panamá, y de pronto surgen las voces en las transmisiones, en los noticieros, en los cafés, en los bares, en todos lados… ¡qué feo está jugando la Selección! Si lo que necesitamos es que gane, necesitábamos que volviera a aparecer un líder como “Rafa” Márquez y ya está ahí, necesitábamos goles ya aparecieron, en circunstancias y condiciones de individualidades, que el TRI no está jugando como un conjunto, no es posible cuando traes 11 esfuerzos individuales. Este partido de esta noche es eso, un partido en donde hay que sacar el resultado y después irnos con las matemáticas, ya el destino no está totalmente en nuestras manos, sabemos que el resultado de empate para arriba nos lleva a Nueva Zelanda o quizá directo al Mundial, situación que se ve muy difícil.
No hay que lapidar…
A Víctor Manuel Vucetich ni al grupo, ni siquiera al “Chepo” de la Torre y los anteriores. Hay que ver para adelante y sumar esos esfuerzos, hay que sacar el resultado como sea, insisto, desde que estuvimos en Jamaica en la parte de la eliminatoria señalábamos que ni “Chicharito”, ni los europeos vienen bien, la prueba es que esos jugadores simplemente no aparecieron.
Bueno, el “Chicharito” pesó con ese penalti fallado y aquella abanicada de strike que para su fortuna fue un fuera de lugar.
Se necesita que estén los mejores en este momento como lo dijo el propio Víctor, usted y yo podemos estar de acuerdo o no, la verdad eso no importa, lo importante es que el que la tenga clara sea Vucetich.
Y por cierto, espero que allá en el aeropuerto le hayan entregado un sobre especial con ese trébol de cuatro hojas que siempre lo acompaña, el de la buena suerte, el mismo que utilizó Bora Milutinovic tanto tiempo y que Víctor Manuel Vucetich maneje esa calma, esa tranquilidad y a sus jugadores los impulse de la única forma que tenemos, insisto, estamos en circunstancias más que críticas, jamás habíamos venido a Costa Rica o a Centroamérica en estas condiciones.
Así las cosas pues, había dos sopas y se nos acaba la de fideos y ya después nos lamentamos o festejamos… Así de fácil.