¿Has sido víctima de un cibercrimen? Yo sí. El año pasado, por ejemplo, por el mes de noviembre, me di cuenta de movimientos muy raros en mi cuenta de BBVA. Me habían pedido un estado de cuenta para un proceso administrativo y al momento de bajarlo vi algo que se me hizo muy raro: primero, un cargo de 20 pesos, luego otro de 40 y más abajo uno más de 20. Pero esto sólo era el inicio, pues mientras más hacia scroll down más cargos de ese tipo aparecían.
El común denominador es que esos cargos fueron realizados por Rappi. “Son demasiados”, pensé. Digo, por el confinamiento sí pedía muchas cosas ahí y seguramente había un extra por algún antojo de último minuto, pero, ¿16 antojos de último minuto en un mes? Nada hacía sentido.
Fue cuando recordé que Angel “Skualo” Sosa (un amigo y ex-editor de mi blog) me contó alguna vez de este modus operandi de los cibercriminales: de alguna manera tenían acceso a tu cuenta y comenzaban a hacer pequeños cargos. Como eran pequeños, tú no les dabas importancia, así que los repetían de manera constante, hasta que en suma alcanzaban montos más altos. En mi caso, poco más de 7,000 pesos en menos de un mes.
Es ahí donde vienen las preguntas. ¿Dónde fue? ¿Qué pasó? ¿Cómo la regué? En fin, “al mejor cazador se le va la liebre”, pensé, y tenía que resolver esto de manera más proactiva. Lo primero que hice fue comenzar a usar tarjetas digitales, en las que la clave secreta cambia cada 5 minutos. Asimismo, cambié mis contraseñas y claves de acceso, y en el caso de la cuenta afectada lo mejor fue cambiar la tarjeta y cancelar la anterior. Sí, un proceso engorroso, pero lo mejor para atar los cabos sueltos.
Hace unos días, entrevisté a Norman Müller, CEO y cofundador de Fondeadora, quien me contó del lanzamiento de “infoless”, una tarjeta que no tiene impresos los 16 dígitos de la cuenta, ni la fecha de vencimiento; su única vía de acceso a esta información es a través de una app. Como otras, también está protegida por un PIN para hacer pagos en establecimientos, lo que la convierte en un producto complejo de clonar. La app de Fondeadora también te brinda acceso a una tarjeta virtual para hacer transacciones en línea con la facilidad de “prenderla y apagarla” cuantas veces sea necesario. Una chulada en términos de seguridad y que indudablemente usaré como mi monedero digital diario.
Afortunadamente, la gente de BBVA me respondió y me reembolsaron los cargos no reconocidos. Empero todo esto lo pude haber evitado de haber tomado precauciones. Pero tú, cuéntame, ¿has sido víctima de algún cibercrimen?