Houston… ¡we have problems!
Mis respetos a Cuauhtémoc Blanco, que no solo llega preparado para hacer un buen papel por los 15 minutos que se prolongan a 38, simplemente porque Cuauhtémoc Blanco, el ídolo, se roba el show.
El primer tiempo se lo roba el “Cuau”, que nadie se lo regala.
Cuauhtémoc la pide, la toma, la arrebata, va por ella, pide el centro, se lo dan, forma una excelente dupla con Oribe Peralta, provoca dos tiros libres cerca del área rival que él mismo cobra y por poquito anota.
Alfredo Domínguez MuroMis respetos a Cuauhtémoc Blanco, que no solo llega preparado para hacer un buen papel por los 15 minutos que se prolongan a 38, simplemente porque Cuauhtémoc Blanco, el ídolo, se roba el show.
El primer tiempo se lo roba el “Cuau”, que nadie se lo regala.
Cuauhtémoc la pide, la toma, la arrebata, va por ella, pide el centro, se lo dan, forma una excelente dupla con Oribe Peralta, provoca dos tiros libres cerca del área rival que él mismo cobra y por poquito anota.
Le hace mosca al portero y casi se la roba, van 30 minutos y sigue siendo la figura del TRI, si esto de ser el “Cuau” y no Marco Fabián o cualquiera de los indiscutibles la figura del partido, el que pone el ritmo y condiciones hasta pasados los 30 minutos, ocurre en el juego de despedida de nuestra Selección, la verdad, como dirían los astronautas en problemas allá en la estratósfera… HOUSTON… ¡WE HAVE PROBLEMS!
‘Cuau’, el último de su estirpe
Raúl Jimenez calienta y se anuncia el cambio por el “CUAU”, los más de 90 mil lo ovacionan de pie, es el máximo ídolo natural de nuestro “fut” por casi dos décadas. A Cuauhtémoc nadie lo inventó ni tuvieron que hacerlo famoso bailando o cantando por cualquier sueño, o meterlo a los Big Brothers o inventarle novias.
De hecho esto último jamás lo ha necesitado, nada más hay que ponerlo en la fiesta y él solito se las consigue. Y ya en la cancha aún sigue vigente muy a su manera, a lo que el cuerpo aguante, como dándole un bofetón a los que lo acusan de vida disipada, metido siempre en la fiesta y los antros, nadie con esa vida que algunos le achacan podría a los 40 años seguir jugando aunque sea lejos de su mejor forma.
La edad no perdona a nadie, en el “fut” profesional.
Gol y al descanso
Miguel Layún se anima, se tiene confianza y mete un tirazo por el centro de la portería al nivel de su cara que le descompone la figura y lo hace ver hasta ridículo al arquero israelí Harush, que así se come, más bien se traga, el primer gol mexicano que pone calma en el Tri, que sin merecerlo, utiliza esa ventaja para manejar condiciones y ritmo.
Aunque al sonar el silbatazo del minuto 45, nadie puede discutir que Cuauhtémoc lo hizo todo hasta ese momento y a descansar.
Bueno, algunos de los que estaban en la cancha no sabrían explicar el por qué de irse a descansar.
El segundo tiempo arranca sin mucho que decir, imprecisiones naturales por el hecho innegable de que estos no han jugado juntos, los nuestros tienen la pelota pero no solo no anotan, sino lo que es peor, no llegan siquiera a intentarlo.
Al cruzar los 15’ del segundo tiempo, todavía extrañamos la alegría y el sentido futbolístico del “Cuau”, nadie entre los nuestros se adueña del medio campo.
Al 61’ nuestro mejor aliado, el arquero de Israel, mete en su portería un disparo de Layún que iba hacia fuera, Layún lleva dos, “haiga sido como haiga sido”.
Minutos después, nuestro porterazo J.J. Corona detiene un enorme disparo que olía a error del arquero HARUSH, solo que Corona controla y aquí no pasa nada.
Focos rojos
El golpazo que se lleva J. J. Corona al chocar con “El Maza” es preocupante, termina en el hospital, preocupa y mucho.
Al final y por fortuna, todo sereno, eso permite la entrada de “Memo” Ochoa consentido de una buena parte de la afición, la primera que le llega es bien controlada . En descargo a los nuestros, este no será ni por mucho, el cuadro titular del TRI en Brasil, los tres de León y“Gio” solo fueron espectadores.
Así las cosas pues, Cuauhtémoc pone la fiesta, Layún y su cómplice el portero Harush ponen dos goles, Marco Fabián aparece al final con un buen gol que de alguna manera disimula su falta de presencia en el partido.
Los muchos cambios rozan la chunga y el desorden, es la despedida, quedará el 3-0 para la anécdota y tenemos solo tres partidos en Estados Unidos para armar un equipo competitivo con 23 talentos dispersos por las circunstancias conocidas, hay cómo hacerlo… Así de fácil.