Julián Hernández, ‘coreógrafo’ cinematográfico (primera parte)
El cine de Julián Hernández danza al compás de los cadentes movimientos de sus personajes en calculados planos-secuencia. Sus imágenes bailan en un performance que escapa de las convenciones de la industria fílmica nacional, renuente a abrir más oportunidades a propuestas como la de este director, originario de la Ciudad de México.
Javier EstradaEl cine de Julián Hernández danza al compás de los cadentes movimientos de sus personajes en calculados planos-secuencia. Sus imágenes bailan en un performance que escapa de las convenciones de la industria fílmica nacional, renuente a abrir más oportunidades a propuestas como la de este director, originario de la Ciudad de México.
El cineasta, aficionado confeso a la danza, escapa de la clasificación del cine queer, aunque a él no le molesta ser encasillado en el género. Tuve la oportunidad de conversar con él después de la proyección en la Cineteca Nuevo León de Yo soy la felicidad de este mundo (2013), su último largometraje, que padeció turbulentos periodos de escasez financiera durante tres años. Un trabajo de dos horas de duración que fluye en su ejecución narrativa, gracias al compromiso de sus actores y a los desplazamientos de cámara.
La cinta explora la historia de Emiliano, un director de cine confundido que vive en el autoengaño de la búsqueda permanente del amor, que se topa con Octavio, un bailarín, y Jazén, un estudiante que ejerce la prostitución en sus ratos libres. La cinta clausuró la Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad frente a un reducido público que acudió a la función nocturna.
Julián tiende a crear coreografías en sus historias, pues en los cuatro largometrajes que lo consagraron en la crítica internacional aparecen bailarines. Su último cortometraje documental, Muchacho en la barra se masturba con rabia y osadía (2015), que este año ganó la Palmita del 19 Tour de Cine Francés, gira en torno a un joven que ejerce este arte. Hoy trabaja en otro proyecto, Los demonios del amanecer, que también involucra danza urbana.
El realizador despliega una puesta en escena que asemeja a una compañía de baile. Sus actores parecen construir sus personajes en el escenario y danzan a las órdenes del director.
“Siempre me ha gustado mucho (la danza), de hecho en todas mis películas, desde el principio, siempre ha habido algún bailarín”, cuenta el egresado del CUEC. “En El cielo dividido (2006) había un bailarín, pero era el tercero en discordia. Ahí salía poco, pero en ésta, en la que el protagonista es un bailarín y la historia va alrededor de él, todo se fundió y es mucho más claro”.
El uso de los planos-secuencia, más que un artificio para distraer al espectador, es un recurso que el cineasta ha cultivado para demostrar su talento. Confieso que tengo una debilidad por esta técnica que resuelve ideas en una sola toma continua, desde lo que hizo Alfred Hitchcock en La soga (1948), hasta lo más reciente de Alejandro González Iñárritu en Birdman (2014)
Julián es un calculador que usa el dolly -plataforma montada en un carro para hacer tomas- en “una suerte de ballet, de coreografía” que expresa atmósferas y estados de ánimo.
“Todos los movimientos de la cámara los planeo fríamente antes, siempre con la idea de que cuando uno llega a la locación hay cosas que cambian y que a lo mejor te resultan mejor si ahí las modificas, o a lo mejor las puedes hacer como las tenías planeadas; pocas veces las puedes hacer como las tenías planeadas, siempre se modifican”, explica el artista de 41 años.
En la cinta hay un memorable plano-secuencia de un trío sexual entre un hombre y dos mujeres. Al principio, el director tenía diseñada una secuencia fragmentada que decidió resolver en una sola toma que le ahorró la mitad del tiempo proyectado. Se hizo en uno de los limitados periodos de rodaje de la película, que duró 15 días en total.
A Julián no le disgusta que lo encasillen en el cine queer, pero descarta que haya un movimiento de ese calado en México, como sucedió en Estados Unidos en la década de 1990. Aunque sí considera que el éxito comercial de Cuatro lunas (Sergio Tovar Velarde, 2014), y el trabajo de él y otros autores como Roberto Fiesco, con el que ha formado una dupla creativa, han dado confianza a jóvenes que quieren hacer este tipo de películas.
“En el pasado me conflictuaba (la clasificación), porque yo creía que el cine gay tiene unas ciertas características y pensaba que me salía de ahí, porque era más experimental y mis personajes no eran clara o estereotípicamente gays. Me esforcé mucho en negarlo y perdí el tiempo, porque ni hacía falta negarlo ni obsesionarme con ello. Las películas son lo que son y yo creo que, como nosotros, no tienen géneros”, dice.
A lo largo del largometraje hay varios guiños autobiográficos en el personaje de Octavio, con el que el cineasta se identifica. También se burla de sí mismo. En una parte, Jazén le dice a Emiliano que sus amigos “no entienden el cine de arte” cuando hablan de Dos de entre muchos, una película que dirige el último en el universo ficticio de la trama; Julián dice que el comentario “es una ironía contra mí”.
Justo a mitad de la historia hay una especie de interludio que reproduce esta cinta hechiza, que me recordó a El imperio de los sentidos (Nagisa Oshima, 1976), pero que en realidad está basada en la novela corta “El hombre sentado en el pasillo”, de Marguerite Duras. A diferencia de la obra literaria, que explora la relación de una pareja, Julián decidió incluir en el ejercicio metacinematográfico a un tercero que crea las fuerzas sexuales.
“En la película lo que quiere representar de alguna manera es el resultado de lo que vive el director en su vida personal, si alguien lo quiere leer de la manera más tradicional posible. Es el centro de la película, lo que Emiliano haría como resultado de sus experiencias con el bailarín y el prostituto, esa cosa como salvaje y brutal”, reflexiona.
Cuando me dirigía a la proyección de Yo soy la felicidad de este mundo mi madre insistió en acompañarme, aunque le advertí que el cine de Julián no es precisamente convencional. A la mitad de la película, durante la parte de sexo explícito, por fin entendió a lo que me refería. Y eso que el director decidió no incluir la eyaculación que pretendía mostrar en pantalla. Pero de su capacidad provocadora comentaré la próxima semana.
Anécdotas cinéfilas: Mi madre ya no es indiferente al cine de Julián Hernández.
AGENDA CINECLUBERA MTY
Cine en el Parque
Viernes 27 de noviembre
Película: “Metegol” (España y Argentina, 2013)
Director: Juan José Campanella
Lugar: Esférica Soccer Park
Dirección: Avenida de la Luz #55, entre Ruiz Cortines y América del Sur, colonia León XIII, Guadalupe
Hora: 20:00 horas
Cinema Terraza
Sábado 28 de noviembre
Película: “Cumbres” (México, 2013)
Director: Gabriel Nuncio
Lugar: Coworking Monterrey
Dirección: Isaac Garza #735 oriente, entre Dr. Coss y Zuazua, Monterrey
Hora: 20:00 horas
Críticos y criticones
Sábado 28 de noviembre
Película: “El circo” (Estados Unidos, 1928)
Director: Charles Chaplin
Lugar: Sala 3 de la Cineteca Nuevo León, ubicada en el interior del Centro de las Artes
Dirección: Parque Fundidora, Av. Fundidora y Adolfo Prieto S/N, Monterrey
Hora: 15:00 horas
Cinema Fósforo
Sábado 28 y domingo 29 de noviembre
Película: “El acorazado Potemkin” (URSS, 1925)
Director: Sergei Eisenstein
Lugar: Sala de proyecciones “Cinema Fósforo”, del Colegio Civil Centro Cultural Universitario
Dirección: Colegio Civil S/N, entre Washington y 5 de Mayo, Monterrey
Hora: 19:00 horas
Cineclub Infantil
Domingo 29 de noviembre
Película: “La gran aventura de Pee-Wee” (Estados Unidos, 1985)
Director: Tim Burton
Lugar: Sala “Gabriel Figueroa”, de la Casa de la Cultura de Nuevo León
Dirección: Avenida Colón #400 oriente, Monterrey
Hora: 12:00 horas
Ámbar
Domingo 29 de noviembre
Película: “Cuatro lunas” (México, 2013)
Director: Sergio Tovar Velarde
Lugar: Ámbar Galería-Cinema-Café
Dirección: Isaac Garza #735 oriente, entre Dr. Coss y Zuazua, Monterrey
Hora: 20:00 horas
Cineclub de la Cineteca Nuevo León
Lunes 30 de noviembre
Película: “La condesa descalza” (Estados Unidos, 1954)
Director: Joseph L. Mankiewicz
Lugar: Sala 3 de la Cineteca Nuevo León, ubicada en el interior del Centro de las Artes
Dirección: Parque Fundidora, Av. Fundidora y Adolfo Prieto S/N, Monterrey
Hora: 19:00 horas
Cineclub Capilla Alfonsina
Miércoles 2 de diciembre
Película: “El último verano de la Boyita” (Argentina, España y Francia, 2010)
Directores: Julia Solomonoff
Lugar: Sala de usos múltiples I de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria
Dirección: Avenida Universidad S/N, San Nicolás
Hora: 11:00 y 18:00 horas