La anarquía de Chichén Itzá
El 7 de Julio del 2007, Chichén Itzá y su Castillo, el Tempo de Kukulcán, fueron nombrados una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Gracias al voto de millones de personas que participaron en el concurso que organizó la empresa New Open World Corporation.
En los 6 años posteriores al nombramiento, la gula sobre la nueva maravilla ha secuestrado a Chichén. El número de vendedores ambulantes ha crecido a niveles ridículos, y hay una clara pugna entre el Gobierno Federal y el Estatal.
Marcela Garza AguirreEl 7 de Julio del 2007, Chichén Itzá y su Castillo, el Tempo de Kukulcán, fueron nombrados una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Gracias al voto de millones de personas que participaron en el concurso que organizó la empresa New Open World Corporation.
En los 6 años posteriores al nombramiento, la gula sobre la nueva maravilla ha secuestrado a Chichén. El número de vendedores ambulantes ha crecido a niveles ridículos, y hay una clara pugna entre el Gobierno Federal y el Estatal.
A pesar de que se ha duplicado el número de visitantes en este tiempo, el INAH ha reportado un descenso de estos, en los primeros cuatro meses del año, respecto al 2012. Quizá resultado natural del caos.
No es un tema nuevo. Las zonas arqueológicas, mas aún aquellas que gozan de gran fama, están tomadas por el ambulantaje protegido por mafias sindicalizadas, que regularmente son manipuladas por un solo tlatoani.
Y uso este vocablo náhuatl, a conciencia de que no fue usado por la sociedad maya. Como tampoco son mayas los mas de mil 500 vendedores ambulantes que han tomado esta zona arqueológica. Ni tampoco son mayas la mayoría de las artesanías que ahí se venden, mismas que se repiten en cada puesto. Lo que indica que ahí se tiene un solo y gran tlatoani proveedor, que controla todo.
El año pasado el excandidato a presidente Gabriel Quadri demandaba a los yucatecos y exigía a los gobiernos estatal y local recuperar las zonas arqueológicas de las garras de la mafia disfrazadas de unión de trabajadores.
La ineficiencia política no solo se comprueba en un ambulantaje fuera de control. Las dos filas que se le obliga a hacer al visitante, para el pago de derechos estatales y luego federales, es muestra de que no hay acuerdos entre los niveles de gobierno.
El resultado natural es un descenso en el número de visitantes. Usted y yo preferiríamos visitar otras zonas arqueológicas como Cobá, Tulúm o Uxmal, antes de vivir en carne propia la anarquía que vive Chichén Itzá.
Hago un llamado a la Secretaria Claudia Ruiz Massieu para que recupere este patrimonio nacional y ponga orden en una de las caras más importantes de México al mundo.