El marcador no refleja lo que ocurrió en la cancha, de acuerdo, pero eso de nada sirve.
La sentencia del partido y con este el título de América se da en la impecable Ley del Fut, aquella que premia al acertado y castiga al fallador, al errático, esto es de goles y Tigres dejó ir cinco clarísimas que terminaron por costarle el título de la Copa Libertadores.
Tigres pudo ponerse 2-0 en el primer tiempo, deja ir esas mientras que River anota la única que se le presenta.
En el segundo tiempo los del “Tuca” generan otras dos sin acertar, el penalti bien marcado y el 3-0 son las otras dos claras para que River Plate sentencie la Final.
En el primer tiempo el dominio de Tigres es premiado por los “Dioses del Estadio” cuando tuvieron dos jugadas impecables, elaboradas, una por derecha de Jurgen Damm quien después de hacer la gran jugada decide no tirar a gol, cediendo forzado al francés Gignac que no puede controlar.
La otra es por izquierda en la que el “Cacha” Arévalo cede también muy comprometido al mismo Gignac, ahí los “Dioses del Estadio” habían sido justos con Tigres pero, dos de estas no se pueden desperdiciar en una finalísima como esta.
En cambio River no tuvo durante 44 minutos ninguna clara que pudiera inquietar al arquerazo Nahuel Guzmán, hasta que al 45’ aparece por izquierda Vangioni, que le mete un tunelazo a Jurgen Damm, el de River se perfila, levanta la mirada, ve a Lucas Alario para rematar con ventaja, viene el silbatazo y a descansar.
River anota la única hasta ese momento, Tigres deja ir dos, sin comentarios.
Ya metidos en el segundo tiempo, a los 68’, jugada de gente grande de Jurgen Damm que después de quitarse a dos centra a segundo poste, llega Aquino rematando espantoso, tercera que Tigres deja ir.
Llega el penal que Aquino provoca, River no perdona para sentenciar, ya el tercero es solo para la anécdota.
Rudos contra rudos
Apenas arrancando el segundo tiempo el central de River, Ramiro Funes, le mete un patadón a Sobis que lo deja tendido y marcado, para el árbitro es “solo amarilla” .
Las condiciones de lluvia hacen el juego más difícil y desgastante, el River Plate canchero saca del librito todas las mañas, rudezas, cuidar el balón, buscar que les hagan faltas, desesperar a los de Tigres que ya traen cuatro amonestados, hacen tiempo de cualquier cosa, Tigres mantiene líneas y orden pero se les complica hacerse del balón.
El ajedrez
Al 64’ “Tuca” lanza a la cancha a Jesús Dueñas mandando a descansar con los dientes apretados al “Cacha” Arévalo, es algo así como Alfil por Alfil, solo que Dueñas nos genera esperanza de chutador desde fuera del área.
Tigres comienza a controlar el medio campo y la posesión del balón, la rudeza se mantiene y llega la quinta amarilla para Tigres, todos los de la defensa pintados de ese color.
Penal
Aquino es superado, tropieza al jugador de River, penal como todos los penales, cuando el árbitro lo marca sin dudar.
Carlos Sánchez, el uruguayo cobra impecable justo cuando Tigres controlaba el juego.
Ahí se liquida el partido, la Final, el título para River, su tercero en su largo palmarés.
Tigres nos deja la sensación de haber podido no solo buscar sino ganar este juego y todo lo demás solo que, en la ley del fut para un juego tan parejo, tan peleado, tan nivelado, dejar ir tantas es pecado mortal, el que perdona pierde, se dice también, de esto nadie se acordará ni en el corto tiempo.
Mada hay como la victoria
Cuatro desperdiciadas, más la de Jurgen en Monterrey son muchas como para aspirar a ganar una Final y levantar la Copa.
River se lo lleva todo, título de Argentina, Libertadores y, ¿por qué no? viene en diciembre el Mundial de Clubes…
Así de fácil.