El que la ley y la justicia efectivamente no siempre van de la mano parece ser normalmente la línea que justifica a aquellos que no la quieren cumplir.
Como cuando se es autoridad formal y parte del Estado se busca cómo lavarse las manos de un problema que viene acarreándose por años, y en lugar de aplicar la ley y el mandato que los ciudadanos depositan en el gobernante, éste busca otras alternativas.
Lo anterior lo comento ante la obsesión del alcalde de San Pedro, Ugo Ruiz, y su equipo de trabajo, con dos “maravillosas” excepciones en el Cabildo, para formar la Mesa de la usticia en el tema del Desarrollo Urbano.
Dicha Mesa se empezó a discutir desde hace varias semanas y me llamó la atención que se invitaron a discutir a varias organizaciones ciudadanas y regidor@s los pros y los contras de la misma. Aún recuerdo como sin dudar y entendiendo la problemática que vive el Municipio, una mayoría apabullante dijo “NO a la Mesa” y sólo fueron dos personajes que dijeron: “Tal vez”; un ciudadano y alguien del Ayuntamiento.
Por otro lado, la mayoría sabemos que el problema de urbanismo en San Pedro no es de hoy y que no se creó de un día para otro.
Sin embargo, olvidamos que parte del problema se ha ido generando por aspectos multifactoriales entre los que podemos destacar: lentitud en la entrega de permisos, falta de claridad en los reglamentos, compromisos de alcaldes anteriores, impunidad de la autoridad con terceros y sobre todo con los de su propio partido, egoísmo de los desarrolladores, falta de castigo de la ciudadanía contra los políticos a la hora de votar, entre otros.
Pero bueno, hoy el Alcalde y un grupo mayoritario de regidor@s dio el paso y creó la Mesa basándose una vez más en las historias de Colombia, olvidando que no estamos ni en guerra, ni tenemos guerrilla y que por más que ese país tiene una sociedad que se ha hecho responsable, aquí no somos ni Colombia, ni tampoco hemos logrado una ciudanía que pueda dejar de lado sus interese personales por encima de los intereses del colectivo.
Dejo algunos puntos que considero deben ser tomados en cuenta para analizar esta Mesa. Por un lado, no podemos olvidar que el alcalde actual fue parte de la administración anterior de Mauricio Fernández que dejó seguir adelante la corrupción evidente en el caso Walmart. Tampoco el hecho de que el edificio de plaza Tanarah también fue problema de la administración anterior y no se hizo nada para resolverlo, recordando que la esposa del alcalde fue parte de aquel Cabildo.
Habría que ver cómo votó ella en aquellos momentos. También, hay que ver cómo se busca la “regularización” de lo que sea “posiblemente legal”, término que no existe dentro de la Constitución.
También esta Mesa tiene dentro de sus facultades ver cómo va a hacer para que los dineros que entren se utilicen para mitigar los daños. ¿Quiere esto decir que el motivo por el que se hizo fue para atraer dinero?
De ser así, esto se termina complicando más cuando vemos que la Mesa tiene una contraparte académica, porque en ella están rectores que nada tienen qué ver con el tema del Desarrollo Urbano.
Creo que se equivocan, la academia es para que las instituciones manden técnicos especializaados y no gente que dirige universidades y que también tienen entre sus consejos a los que son desarrolladores o constructores en este municipio. No dudamos de su calidad moral, pero no podemos dejar de pensar en el conflicto de intereses.
Y por último, de los ciudadanos que conforman la Mesa, debo decir que hay uno que ha sido miembro del Consejo de Desarrollo Urbano por muchos años, desde donde no pudo hacer nada para frenar el problema.
¿Entonces como hoy si lo podrá hacer?
Me cuesta trabajo entender la conformación de sus integrantes y la justificación de la Mesa.