La otra cara de la amistad

La definición de amistad está basada en características aprendidas. Consideramos malo o bueno a un amigo según nos ayude o  nos perjudique. Pero, ¿qué pensarías si te dijera que todos son excelentes amigos y que entre más malo parezca ser, es mayor el beneficio que deja en tu vida?

Annette Manautou Annette Manautou Publicado el
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La definición de amistad está basada en características aprendidas. Consideramos malo o bueno a un amigo según nos ayude o  nos perjudique. Pero, ¿qué pensarías si te dijera que todos son excelentes amigos y que entre más malo parezca ser, es mayor el beneficio que deja en tu vida?

Tenemos la idea de que un buen amigo es el que siempre está para ti, el que no puede olvidar tu cumpleaños, el que te debe defender de los ataques de los demás, el que jamás te traiciona ni habla mal a tus espaldas, el que debe estar al pendiente de tus intereses, etc. Y si algún aspecto falla tendemos a considerarlo como mal amigo.

Cada persona que llega a tu vida lo hace por una razón y siempre es positiva. Atraemos a quienes vibran en la misma frecuencia que nosotros.  Tendemos a juzgarlo todo, cuando nos traicionan o cuando van por un camino que según nosotros no es el indicado. Pensamos “si yo fuera él, actuaría de otra manera” (la que creemos correcta). Pero la realidad es que lo que percibimos son solo espejos que nos muestran qué parte de la mente necesitamos sanar. 

Si pensamos en los consejos que damos a los demás, reconoceremos que siempre son estos consejos los que nosotros necesitamos para evolucionar.

Todos hemos sufrido una traición alguna vez en la vida, pero ¿qué pasaría si te dijera que esa persona en realidad no te hizo nada? Tú escogiste a ese amigo para interpretar al villano de tu película, ya sea para aprender a no ser así o para corregir el error dentro de ti. 

Ese amigo está haciendo su papel perfectamente bien, ¿y tú?  ¿Estás haciendo bien tu papel perdonando y no juzgando? 

Tu vida puede cambiar en el momento que decidas ver a cada persona como un maestro. Siempre que veas un defecto en alguien y te quita la paz, no hay duda, ¡es tuyo! Agradécele que te muestre esa parte de ti que no podías ver. Siempre que te sientas defraudado, perdónalo y perdónate por haber escogido esa forma quizá dolorosa de aprender.

Muchas veces nos podemos sentir grandes amigos por haber estado en los momentos difíciles de otros, pero ¿se han puesto a pensar si han estado en los mejores también y compartiendo su felicidad como si fuera suya? 

A veces nos sentimos mejor hablando de las tragedias de un amigo que de sus logros.  Los mejores chismes son sobre desgracias ajenas. Nos da gusto hablar de la desgracia ajena porque así creemos estar mejor que el otro o, que en una situación similar, actuaríamos de mejor forma que él. ¿A ti de qué te gusta hablar cuando te refieres a tus amigos?

En la amistad las reglas son muy parecidas a las de la pareja. Si no te gusta lo que recibes, fíjate bien en lo que tú das. Tendemos a esperar mucho de los demás y pocas veces nos enfocamos en lo que estamos dando.

La misma Biblia lo dice  en Mateo 6, 3 “(…) que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. La Kabbalah lo enseña expresando que si tú das algo y lo presumes, las bendiciones no regresarán a ti. Si ayudaste a alguien para que luego la gente vea lo bueno que eres o para luego poder exigir o cobrar tus favores, pasa lo mismo. 

En resumen, si lo que estás dando es para beneficiarte  de alguna manera es como si no hubieras hecho nada, porque es una manera de alimentar el ego. 

Cuando tu das a los demás, desde el amor incondicional, la luz se encarga de regresártelo.

Aprende a ver a cada persona sin poner etiquetas, porque esa clasificación que tú le pongas es la que te va a mostrar. 

Decide ver a todos con los ojos del amor, trata de enfocarte siempre a las cualidades, entrégate y da lo mejor que tengas y te sorprenderás de las cosas buenas que puedes recibir. “La verdadera amistad es una poderosa forma de amor, se basa en la confianza y honestidad, crece con la risa y con las lágrimas, es comprensible en todo momento, te da la mano cuando te sientes solo, es una luz en la oscuridad”.

“Eres mi amigo cuando estás y cuando no estás, cuando te equivocas o cuando dices algo que me ofende, cuando estás celebrando un éxito y cuando estás pasando por un mal momento, cuando haces lo que yo desearía y cuando haces lo que te de la gana; porque mi amistad hacia ti no depende de lo que tú hagas sino de lo que tú eres”. 

¡Feliz Día del Amor y la Amistad!

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