La Refinería y el Teletón

En otro orden de ideas, el gobierno de Calderón resolvió desde 2008 construir una refinería a razón de 130 mil millones de pesos, cuya primera piedra no solo no se ha colocado en cuatro años, sino que ni siquiera se ha adquirido el terreno… Mientras tanto México, un país supuestamente petrolero, exporta crudo por 20 mil millones de dólares, sí, pero importa gasolinas por casi otro tanto.

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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En otro orden de ideas, el gobierno de Calderón resolvió desde 2008 construir una refinería a razón de 130 mil millones de pesos, cuya primera piedra no solo no se ha colocado en cuatro años, sino que ni siquiera se ha adquirido el terreno… Mientras tanto México, un país supuestamente petrolero, exporta crudo por 20 mil millones de dólares, sí, pero importa gasolinas por casi otro tanto. Exportamos azúcar para importar caramelos, así de inteligentes… Pero hay más, mucho más: como las gasolinas que importamos irresponsablemente son más caras que las producidas en el país, Calderón subsidia a los propietarios de automóviles obsequiándoles 700 mil millones de pesos durante su sexenio, casi 6 veces el importe de la refinería. A eso se le llama talento financiero y compromiso republicano. ¿Qué podría haber hecho México en 6 años con 700 mil millones de pesos en educación superior e infraestructura o desarrollo en general…? ¿Ya se nos olvidaron los cientos de miles de estudiantes que no pudieron ingresar a la universidad por falta de pupitres e instalaciones? ¿Un bravo a Calderón? Si por algo será criticado en la posteridad es por el desastre petrolero de su administración, un monstruoso desperdicio operativo, además de un centro de operaciones delictivas.

Si en los próximos 14 años el déficit de gasolinas en el país crecerá casi un 50 por ciento de acuerdo a la propia Secretaría de Energía, el gobierno de Peña Nieto cuenta con una oportunidad de oro para revertir esta política suicida de Calderón y evaluar la conveniencia de ampliar las instalaciones de Pemex o concesionar en el país la fabricación de combustible con materia prima mexicana, en el entendido de que la industria petroquímica paraestatal está quebrada de punta a punta, al igual que Pemex, que es propiedad de sus trabajadores, no de la nación, si no se olvidan los pasivos laborales a cargo de la empresa más importante del país, también en bancarrota a pesar de tener el monopolio del mercado. 

¿Por qué Teletón sí puede construir más de un impresionante centro de rehabilitación al año y Pemex no logra ni comprar un terreno para construir una refinería en años de frustrante panismo, durante los cuales también abortó el aeropuerto de Fox? Donde hay un burócrata hay un problema, pero donde hay más de 150 mil burócratas, como en PEMEX, hay 150 mil problemas. 

Abramos PEMEX dentro del esquema de reglas parecidas a las establecidas por los gobiernos de la Gran Bretaña, Noruega o Brasil para regular la inversión extranjera en el petróleo mexicano, tal y como ya lo ha hecho hasta el propio Fidel Castro, en la Isla de Cuba. De no prosperar dicha tesis por los traumatismos indígeno-nacionalistas, por la corrupción, por la demagogia, por los intereses creados o por el burocratismo y la apatía, además de la obnubilación y mezquindad de los legisladores federales mientras México se hunde, preparémonos a que EU siga saqueándonos a través de la operación “popote” en el Golfo de México y a lo que es peor, a la quiebra de México porque el 40 por ciento del presupuesto federal se nutre con las exportaciones de crudo mientras se van agotando nuestros mantos.

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