La Revolución Bolivariana

La llamada “revolución bolivariana” arroja luces rojas de alarma económica y social en todos sus rubros. Usted amable lector, ¿invertiría un nickel en una fábrica de pasta de dientes con el riesgo que se la expropien y le indemnicen con bonos bolivarianos a mil años sin intereses? Ni usted, ni nadie: por esa razón en Venezuela los anaqueles en los centros comerciales del Estado —las grandes cadenas privadas fueron nacionalizadas— están casi vacíos.

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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La llamada “revolución bolivariana” arroja luces rojas de alarma económica y social en todos sus rubros. Usted amable lector, ¿invertiría un nickel en una fábrica de pasta de dientes con el riesgo que se la expropien y le indemnicen con bonos bolivarianos a mil años sin intereses? Ni usted, ni nadie: por esa razón en Venezuela los anaqueles en los centros comerciales del Estado —las grandes cadenas privadas fueron nacionalizadas— están casi vacíos. Hay muy pocas verduras y frutas, la carne es escasa y cara, al igual que la mantequilla, el pollo y el azúcar que no se encuentran por ningún lado, junto con otros productos de primera necesidad, como las medicinas. Los grandes laboratorios también dejaron de invertir ante la incertidumbre. Lo invito a que encuentre una pastilla de jabón en Cuba…

Cuando Chávez instaló el control de cambios, desató el mercado negro y estimuló el desabasto de bienes de consumo con las evidentes consecuencias sociales. La fuga de capitales desangró Venezuela y más aun continuó la hemorragia con la política de expropiaciones empresariales. Chávez disparó escandalosamente el gasto público y con ello se destapó una espiral inflacionaria, el impuesto más severo para quien carece de lo elemental. ¿Y los pobres a los que quería y debía proteger…? Chávez no solo dispuso irracionalmente de las exportaciones de petróleo, el 90 por ciento de las divisas que ingresan al país, sino que endeudó gravemente a la nación, un desastre que los venezolanos padecerán por mucho años, quienes por cierto, justo es recordarlo, reeligieron, en su momento a Carlos Andrés Pérez…

¿Más demagogia? Chávez paga al año cinco mil millones de dólares a Cuba a cambio de los servicios de 30 mil médicos y 15 mil asesores policíacos, peor aún si ya suman más de 20 mil millones de dólares que Cuba le adeuda por los envíos de petróleo. ¿Qué hace un pueblo antes de morir de hambre?, se preguntaba Séneca. La revuelta social que se avecina en Venezuela tendrá que ser sofocada con las armas para defender “la verdad…”

Chávez probablemente haya muerto después de la traqueotomía que se le practicó en diciembre y se esconde su deceso en lo que los militares disponen a quien entregarle el poder. Todo lo anterior es propio de una sociedad cerrada. Es claro que el vicepresidente Maduro ya empezó a acercarse a Washington y que no existirá un chavismo sin Chávez… afortunadamente. Por lo pronto en la Habana, los hermanos Castro gobiernan Venezuela y, aunque se dicen ateos, piden a Dios por la vida Chávez de la que depende Cuba.

¿Qué diría usted si Peña Nieto se fuera a operar a Cuba y no se supiera nada de él en un mes y, además, no se presentara a tomar posesión del cargo…?

Todos éramos marxistas a los 20 años, pero quien lo sigue siendo a los 40 es un imbécil: Churchill.

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