Choques intensos cuando en la NFL se llega a la antesala del Superbowl, dos aspirantes eternos, Baltimore con un trofeo, el del Superbowl XXXV (2000-01) y Atlanta, retan a los de jerarquía. Patriotas, dominadores de la última década y los 49ers, que están de regreso, mientras que acá en nuestra Liga MX, las Chivas, que dice Jorge Vergara que valen 700 millones de dólares, reciben al Cruz Azul. Dos de nuestros grandes que hace mucho no ganan nada.
¿El Superbowl de un solo apellido?
En la casa de los Harbaugh sueñan con que este fin de semana los 49ers del coach Jim Harbaugh, ahora sí no cometan los errores de último minuto que les impidieron llegar al Superbowl el año pasado, abriendo la puerta a los Giants de Eli Manning y compañía. El mismo deseo implora toda la familia Harbaugh y amigos que les acompañan a los “Dioses del Estadio” para John, el hermano mayor, quien también se quedó a un gol de campo de último minuto, cuando su pateador Billy Cundiff , reventado por la presión, falló “ESE” intento de 32 yardas que puso en órbita a los Patriots, su mismo rival de este domingo.
Los Harbaugh no solo harían historia al ser los primeros hermanos que se enfrentan en estas condiciones en un Superbowl, cada uno de ellos sueña de siempre con el anillo que les haga justicia después de varias campañas ganadoras. Dando la vuelta a inercias perdedoras en ambas franquicias, los Harbaugh van cada uno por su lado, por la venganza más que revancha de aquel negro domingo de enero de 2012, cuando ambos se quedaron a una jugada “fácil” de llegar al juego grande.
Correr es el nombre del juego
La Conferencia Nacional tendrá un campeón nuevo desde que los 49ers se coronaron en 1995 para derrotar a los San Diego Chargers y se llevaron a la vitrina su quinto trofeo de Superbowl de la mano del súper quarterback Steve Young. San Francisco no sólo tiene la jerarquía y medallas que le avalan, sino el momento, la inercia, las variantes surgidas del ajuste de traer a Colin Kaepernick al sitio de las responsabilidades.
El quarterback de segundo año surgido de la Universidad de Nevada, trajo en el equipaje el factor sorpresa como corredor optativo, que obliga a las defensivas rivales a cuidarse no solo de su corredor de poder Frank Gore, sino del propio Kaepernick, o de sus posibles receptores.
Todo en la misma jugada, tema que hizo explosión la semana pasada al hacer cuadritos de crucigrama a la poderosa defensiva de los Packers.
Del otro lado del balón el coordinador defensivo de los Falcons, Mike Nolan y su grupo, han tenido solo una semana para estudiar la estrategia y ajustes a esta venganza nueva e impredecible arma letal de San Francisco.
La ofensiva Atlanta apuesta a hacer en el campo lo que ha venido generándole dividendos para ser el número uno en números en la Conferencia: proteger al quarterback Matt Ryan para darle tiempo de encontrar a sus receptores favoritos.
Los problemas de Atlanta
Son precisamente a la defensiva. Contra este tipo de ofensivas con quarterbacks pasadores y corredores, las nada poderosas Panteras con Cam Newton les totalizaron hasta 704 yardas en la semana 4, mientras que en la semana 14, los Seahawks con Russell Wilson los abrieron para casi 500 yardas, así que para Atlanta, a pesar de jugar cobijados por el Domo de Georgia y con su ruidosa fanaticada sureña, va a sufrir y mucho para sacar de la ruta a los tremendos 49ers.
Venganza: un platillo que se cocina caliente…
Pero debe consumirse frío.
Para los Ravens no hay más, esto es una venganza, la revancha ya se dio el pasado 23 de septiembre cuando derrotaron a los Patriots en el mismísimo Gillete Stadium en la temporada regular, motivados por su líder defensivo, el linebacker Ray Lewis, quien anuncia su retiro al final de esta temporada. Y más motivados por dejar fuera a los favoritos Broncos de Denver con todo y Peyton Manning, van en la que quizá sea su última llamada con esta generación de jugadores para alcanzar el Superbowl por segunda ocasión en su corta historia. Ellos ganaron el XXXV a los Giants en Tampa en febrero de 2001, en medio de la sicosis de la guerra de Irak.
Los Patriots saltan en su propia casa con la confianza y certidumbre de quien tiene ese raro oficio de ganar, de saber hacerlo en los juegos grandes.
Sus puntos finos serán, irónicamente, el mantener posesión del balón con carreras cortas, en donde el chaparrito Danny Woodhead será pieza clave, en el momento oportuno olfateado por ese gran cazador, hoy el “Number One” de la NFL, Tom Brady y lanzar el pase letal que rompa en pedazos a la poderosa pero cansada defensiva de Baltimore.
Los Ravens a la ofensiva han venido de menos a más. Su nuevo coordinador ofensivo, Jim Caldwell, se ha ganado la confianza absoluta de todas las líneas y lo más importante, tiene una gran empatía con su quarterback, el siempre sub valorado Joe Flacco.
Y por acá
Las pobres Chivas millonarias del fabricante de castillos de naipes, Jorge Vergara, reciben la visita del Cruz Azul ya con equipo completo y sin excusas para no sacar los tres puntos del hermoso y vacío Omnilife, tiempo para que la afición chiva se meta al fabuloso estadio y meta también presión apoyando sin cuestión a los suyos, que mucha falta les hace, tomando en cuenta que una vez más el “Maestro” Galindo no contará con plantel completo gracias a la estupidez de Miguel Sabah, su refuerzo de lujo, quien se hizo expulsar en la primera fecha.
América recibe en el Azteca a un Atlante limitado en talento pero excedido en voluntad, sin embargo, Ricardo Lavolpe sabe más que nadie que sin limones no puede hacerse limonada.
La vista de Xolos…
A Ciudad Universitaria es una excelente oportunidad para los Pumas de reivindicarse más que con su directiva urgida de resultados o con su enorme afición, con ellos mismos.
Eso de “quedar a deber” se ha vuelto chocante costumbre en Pumas, que el domingo a las 12 reciben a los Xolos, que disfrutan retando al rival a jugar y dejar jugar.
Lo de Tuca y Tomás
Eso de que el Tuca enfrenta con sus poderosos Tigres al equipo que le trajo a México y que hay cariño y que “la mano del chango” son puras habladas tan largas como la de que Tomás Boy, hoy técnico atlista, al menos por un par de semanas más, tendría “algún día” dijo el “Inge” Rodríguez, mandamás Tigre, para calentar un juego que de suyo suena a rugidos Tigres. Pero, ojo, los de Tomás ya van tomando forma en su desesperada lucha por no descender… Así de fácil.