Aullido sordo

Vaya que es fecha que seguimos viviendo en la era en que la publicidad puede ser engañosa y es que bastan un par de carteles de cine tratados como si fuera el inicio de una franquicia del estilo de Hollywood para creer que en México se hace cine que le pueda llegar a los talones a la gran industria estadounidense.

Pero no. No es así.

Vaya que es fecha que seguimos viviendo en la era en que la publicidad puede ser engañosa y es que bastan un par de carteles de cine tratados como si fuera el inicio de una franquicia del estilo de Hollywood para creer que en México se hace cine que le pueda llegar a los talones a la gran industria estadounidense.

Pero no. No es así.

Este es el ejemplo del largometraje “Mientras el lobo no está”, cinta bajo la dirección de Joseph Hemsani que será distribuida por Cinépolis el 24 de febrero con 500 copias a nivel nacional, pero que debe ser excluida a toda costa por el cinéfilo y su bolsillo.

Con un presupuesto entre los 20 y 30 millones de pesos –ya que el director se negó a revelar la cifra– es que se realizó esta producción que deslumbra por su fotografía y locaciones logradas en el Estado de México y la capital del país, sin embargo no es suficiente que una película se vea bien para que tenga una manufactura extraordinaria.

La premisa sucede en un internado mixto en el bosque, en donde cuatro púberes pretenden escapar ya que se rumora que otras niñas lograron la fuga, sin embargo la mano dura del regente Julio les impedirá su cometido.

La dirección de actores es un claro problema desde el inicio, ya que los jóvenes talentos a cuadro parece que sobreactúan sus líneas, problema claramente gestado desde la silla de Hemsani.

Además de los errores primerizos de dirección, el guión presenta fallas que pudieron haberse corregido, a pesar que haya tenido alrededor de ocho tratamientos, según explicaron los realizadores en conferencia de prensa.

El guión a cargo de Hemsani y Abe Rosenberg tiene errores que hacen incoherente la trama, además de luego crear problemas con la credibilidad de sus personajes y sus acciones a cuadro, sobretodo avanzada la primera mitad del filme.

Lástima por los inversionistas, Cinépolis y quienes esperen este largometraje de 123 minutos, al cual le sobra como media hora de problemas en su trama.

“Mientras el lobo no está”, tuvo el nombre original “Libéranos del mal”, sin embargo la producción estadounidense de terror dirigida por Scott Derrickson se les adelantó con el mismo título en 2014, aún así su cambio de encabezado resulta injustificado al ver el largometraje, ya que solamente se menciona una vez en la película.

El debut de Hemsani habría podido ser una cinta propositiva, ya que se exploran temas como la violencia infantil, el acoso sexual y el bullying, pero entre mezclar un thriller con terror, más un tráiler que promete tintes sobrenaturales, esta capirotada de géneros termina por caerse sola por su narrativa fallida, un aullido que no logrará hacer eco en la taquilla nacional.