El tema de la igualdad en el movimiento olímpico se apunta un triunfo más, sufrido, golpeado, vituperado, pero al fin un triunfo.
El deporte femenil derribó anoche una barrera más, así como el primer Maratón Olímpico no se disputó sino hasta 1984 con el argumento misógino de “…van a a caer muchas, algunas morirán en la ruta”, o recientemente la lucha y el boxeo.
Anoche en la rampa del Centro de Salto de Rosky Gorky se disputó por primera vez el Salto Femenil de rampa de 90 metros, ahí se derribó más que una puerta y un tabú, otra leyenda con pinceladas misóginas.
En junio del 2005 el presidente de la Federación Internacional de Esquí Alpino, el suizo Gian Franco Kasper, recibió por enésima ocasión la petición de incluir en el catálogo de esa Federación el Salto en Rampa Femenil, el viejo lobo respondió entonces: “Esto no es para mujeres, equivale a brincar desde dos metros de altura mil veces al año, sus órganos femeninos sufrirían, desde el punto de vista médico no sería apropiado”.
El misógino…
…suizo mantenía la sonrisa sarcástica quizá por unos minutos, horas o hasta semanas, pero fueron esas palabras lapidarias y llenas de veneno y misoginía, las que lo obligaron a rectificar meses después.
Su estúpida frase fue repetida y difundidas en muchos medios, prensa, radio y televisión lo señalaron con dedo flamígero, y el tema que estaba encerrado entre las páginas frías de algún folder de archivo, saltó de inmediato como tema de atención general.
Más aún porque el tal Kasper no es médico ni puede ejercer como tal, y el fundamentar su discriminatoria tésis en “…desde el punto de vista médico…”, resultó ser grave.
De inmediato varios médicos del deporte, especialistas y ginecólogos fueron entrevistados para que explicaran el caso, dieron sus puntos de vista y el tema saltó de la esfera del esquí…
A los grupos feministas…
Y de derechos humanos, presionaron por una rectificación y una disculpa pública de este federativo.
Fue entonces que ya no solo se solicitó una prueba seria, sino estudios meticulosos, se convocaron a muchas saltadoras por todos lados y aparecieron en los países nórdicos y principalmente en Estados Unidos, en dónde se había iniciado este pequeño movimiento en pro de una disciplina por muchos años vetada a las mujeres. Algo así como el boxeo y mas atrás el mismísimo maratón, recordar simplemente que fue hasta Los Ángeles 84 cuando por primera vez se permitió “…condicionado a los riesgos que cada atleta sume bajo su propia responsabilidad…” que más mujeres participaran en un Maratón Olímpico.
‘Bullying’ en la nieve
Allá en Salt Lake City, en el estado de Utah, muy orientado a los deportes invernales, varias jovencitas comenzaron a probar el salto en esquí en la Rampa de 90 metros de uso popular en las temporadas invernales, solo que había una limitante, los saltadores hostigaban y se burlaban de estas jovencitas haciéndoles la vida imposible. Algo así como lo que hoy se conoce como “Bullying”, eran los años previos a los Olímpicos de Invierno en Salt Lake City 2002 y el entusiasmo por practicar en las instalaciones que se renovarían para ser utilizadas en los Juegos derivó en un gran incremento en las disciplinas olímpicas practicadas a todos niveles, desde principiantes hasta los aspirantes al alto rendmiento.
Peter Jerome apoyaba y fomentaba la inclinación de su hija Jessica por practicar el muy riesgoso salto en esquí que él practicaba por años, fueron tantas las dificultades que enfrentaron que decidieron formar una asociación que fue reuniendo no solo adeptos y simpatizantes, sino opiniones de verdaderos expertos en todos los rubros.
La igualdad de oportunidades entre hombre y mujeres fue el último argumento que permitió, finalmente y después de las estupideces de Don Gian Carlo, ser admitidas como exhibición en Salt Lake City 2002, solo para ser borradas más adelante. Luego se les dio presencia en los Mundiales de 2009 para, finalmente, aparecer por primera vez en los Juegos Olímpicos aquí en Sochi 2014.
Como script de Hollywood…
sin duda, fue para estas 30 valientes jóvenes, para las que iniciaron pero no llegaron y para quienes las apoyaron durante todos estos años, la escalada más difícil y lenta para alcanzar una cima de 90 metros, la de la parte más alta de la rampa. Anoche la japonesa San Takanasi dominaba la escena, al final en el último salto de la noche, fue la alemana Carina Vogt quien pasa a la historia como primera medallista olímpica del Salto en esquís. Por cierto, Jessica Jerome alcanzó a meterse en el top 10, el resultado es lo de menos, la iniciativa de Peter Jerome alcanza finalmente el objetivo de las causas justas, dignas y precisas… Así de fácil.