Le decían Mr. Octubre

Reggie Jackson brilla con luz propia con aquellos espectaculares Atléticos de Oakland de principios de los 70’s, cuyo dueño Charley O’Finley los había llevado de Filadelfia, en donde no pasaban de ser un equipo más, a Oakland, buscando un cambio total.

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Reggie Jackson brilla con luz propia con aquellos espectaculares Atléticos de Oakland de principios de los 70’s, cuyo dueño Charley O’Finley los había llevado de Filadelfia, en donde no pasaban de ser un equipo más, a Oakland, buscando un cambio total.

Así que de entrada rompe todas las reglas no escritas haciendo vestir a sus jugadores  con colores naranja, verde o amarillo chillón, en una época en donde los equipos de béisbol solamente utilizaban los colores azul, rojo o quizá el negro de los Piratas de Pittsburgh, debajo de las llamadas “franelas” gris para la visita y blanco para los locales, que entonces sí eran de franela.

Aquellos Atléticos de Oakland tenían además una obligación por contrato, todos, quisieranlo o no, debían utilizar bigote rompiendo la vieja regla de que en el béisbol, estaban prohibdos barba y bigote.

Los Atléticos dan un giro absoluto y sus bigotones hacen época, los más espectaculares sin duda el abridor “Catfish” Hunter y el del tremendo relevista Rollie Fingers.

Estos Atléticos que parecían estar locos, llamaron la atención primero por sus colorines y mostachos, pero después ya no necesitaron esta estrategia.

Aquellos bigotones ganaron la Serie Mundial de 1972, 73 y 74. Eran un trabuco con jugadores de gran talento y personalidad, entre ellos Reggie Jackson.

Su nombre completo era Reginaldo Martínez Jackson. Su abuela era caribeña. Él era de carácter aspero y difícil, de “mecha corta”, casado con mexicana, lo que le facilita el hablar un buen español, su abundante melena de cabello rizado como alambre le salía por debajo de la cachucha.

Estaba destinado a cosas más grandes

Y conste que aquellos Atléticos fueron un equipo grande, pero el estilo del dueño nunca agradó a Reggie, quien pidió su cambio en 1975, pasando a los Orioles y más adelante, en 1977 llega a los siempre contendientes y soberbios Yanquis de Nueva York, más acorde con su carácter de líder y retador en una época en donde los grandes movimientos de peloteros no eran tan frecuentes.

No llegó a la Gran Manzana en silencio, porque su estilo jamás fue modesto, pero sí ganándose un sitio en el equipo que estaba terminando su propia reconstrucción, reingeniería le dirían ahora, en la búsqueda de una nueva generación que sustituyera después del retiro obligado a aquellas grandes generaciones cuyos referentes habían sido Mickey Mantle, Yogi Berra, Roger Maris o Whitey Ford.

Reggie Jackson formó parte de esos nuevos Yanquis ganadores de la Serie Mundial de 1977 y 78, que hicieron dinastía con el temperamental manager y ex jugador yanqui Billy Martin, con el inolvidable “Capitán” Thurman Munson, Lou Piniella entre otros grandes.

A golpes con el manager

Tanto Billy Martin como Reggie Jackson tenían la mecha muy corta. En una ocasión jugando ante los acérrimos rivales, los Medias Rojas de Bostón, se enfrascaron en una discusión en el  terreno de juego. Martin se abalanzó a golpes con Reggie, siendo separados por sus propios compañeros.

Horas después, el dueño del equipo, el gran George Steinbreiner interviene para calmar las cosas y “aquí no ha pasado nada”. Al día siguiente Reggie tomó su lugar en lel roster, Billy Martin sabía lo que tenía y juntos se enfilaron a aquella Serie Mundial memorable, la de 1977 ante los archirivales Dodgers a los que derrotan 4 juegos a 1. Ahí se gana el título de Míster Octubre al batear tres jonrons en un solo juego ante tres pitchers diferentes y todos al primer lanzamiento. Al final, con cinco jonrons productores, es nombrado Jugador Más Valioso de la Serie Mundial, justificando así la cifra récord de aquel entonces. Los Yanquis lo habían firmado por casi tres millones de dólares en la agencia libre.

Reggie tenía muchos atributos, pero por encima de todo,  su característica excepcional era que podía haber jugado mal en junio, quizá en julio, la gente a veces se metía con él porque caía en un slump de bateo, o quizá en el fildeo, en donde nunca fue poderoso…

Pero cuando se acercaba octubre

A Reggie Jackson se le salían los ojos detrás de los lentes y nadie como él para convertirse en el clutch y en el líder de un equipo lleno de lideres en los playoffs y la Serie Mundial. No solamente sus números sino su personalidad así lo avalan, Jackson fue un fuera de serie, ganador de 5 anillos de Serie Mundial, 14 veces convocado al Juego de Estrellas, un líder descomunal que entre muchos homenajes ha recibido uno muy particular, los dos números que utilizó en su carrera, el 9 en Oakland y el 44 en Yanquis, han sido retirados. Un hombre que hoy hubiera cobrado más de lo que cobra “A-Rod” con Yanquis.

Y aquí sí vale la comparación, mientras Alex Rodríguez tiene grandes temporadas, invariablemente al llegar a los playoffs se derrumba, mientras que Reggie Jackson por el contrario, siempre se crecía en la postemporada y series mundiales, erigiéndose en un líder natural en un equipo de lideres, ganándose a pulso el título que le acompañará siempre, el  indiscutible “Mr. Octubre”… Así de fácil.

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