Los Campos Elíseos de EPN

La gira de Enrique Peña Nieto por Europa da indicios de lo que podría incluir su política internacional. Tras 12 años de una política diplomática desastrosa, su reciente visita a Francia da esperanzas en este sentido. 

Si la gira por Sudamérica buscó restablecer algo del liderazgo perdido en la región, la visita a Europa es más bien de carácter redentor. Se trata pues de una misión compleja pero primordial, si México quiere retomar el lugar que alguna vez tuvo en el concierto de naciones, tendrá que cambiar la manera en como es percibido en el exterior. 

Emilio Lezama Emilio Lezama Publicado el
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La gira de Enrique Peña Nieto por Europa da indicios de lo que podría incluir su política internacional. Tras 12 años de una política diplomática desastrosa, su reciente visita a Francia da esperanzas en este sentido. 

Si la gira por Sudamérica buscó restablecer algo del liderazgo perdido en la región, la visita a Europa es más bien de carácter redentor. Se trata pues de una misión compleja pero primordial, si México quiere retomar el lugar que alguna vez tuvo en el concierto de naciones, tendrá que cambiar la manera en como es percibido en el exterior. 

El miércoles 17 de octubre, en la página 22 del diario francés Le Monde fue publicado un editorial firmado por Enrique Peña Nieto y titulado “Para acabar con la pobreza en México”. Dejando a un lado el patético elogio a la democracia mexicana que en ella se hace, la editorial es interesante porque agrega a la cultura a un discurso que hasta entonces había sido dominado por la economía. 

 “Nuestro objetivo será transformar a México en un líder mundial de la difusión de la lengua española y sus productos culturales como el cine, la literatura, el radio, la prensa, la televisión y la educación superior.” Dice Peña en su columna. No es casualidad que EPN haya escogido a Francia para agregar estos temas a su agenda: pocos países en el mundo poseen una cultura tan rica como la francesa y a la vez un interés tan generoso por las otras culturas del mundo. Pero sobretodo el cambio discursivo muestra un comprensión de la realidad de nuestro país y la importancia que juega nuestro legado cultural e histórico en las relacionas internacionales.

Por muchos años México realzó su imagen e influencia a través de las artes. Si nuestra economía no era tan poderosa como para competir con las grandes potencias europeas, a través de la literatura, el arte y la cultura, de México siempre se habló en Europa. 

El caso de Francia es revelador. Entre los intereses económicos y geopolíticos de dicho país, Latinoamérica prácticamente no figura; comparado con Europa y Estados Unidos, por razones comerciales, África y sobre todo el Magreb por cuestiones históricas, y Europa del Este y Medio Oriente por razones de migración, México es políticamente irrelevante para el país galo. En esa misma situación se encuentra nuestro país con respecto a prácticamente todas las potencias europeas. Por eso la cultura siempre fue un arma tan importante de la diplomacia mexicana. Fue solo  a través de ella que el país logró posicionarse ante el mundo.

 Los políticos del PAN nunca entendieron eso, para ellos la cultura siempre fue un lujo innecesario, un estorbo. Es así que Calderón decidió retirar el puesto de embajador de México ante la UNESCO y dejó al Instituto Cultural de México en el abandono y en la intrascendencia. Es así que para Europa, México desapareció y Brasil ocupó fácilmente su lugar. 

Volver a México relevante de nuevo será difícil pero no imposible. Hacerlo dependerá mucho de la habilidad que tenga EPN de complementar los lazos económicos creados con una presencia cultural de nuestro país en el viejo continente.

Es falso que México no pueda aspirar a ser una potencia. El cinismo y derrotismo con el que a menudo observamos a nuestro país no es necesariamente un medidor confiable. La economía mexicana tiene un gran potencial de crecimiento, pero por ello mismo será fundamental que este crecimiento sea acompañado de una nueva imagen de nuestro país en el extranjero. Si EPN pone en práctica lo que ha dicho en Francia, entonces quizás estaremos en el camino correcto.

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