No hay forma en la que los “FIFOS” o la FEMEXFUT calle ese “Grito de Guerra” que surge de la tribuna de forma espontánea y natural
A partir de este día y cada vez que juegue nuestra Selección Mexicana ya sea partidos MOLEROS en Estados Unidos, partidos oficiales, amistosos en cualquier parte del mundo, al fin y al cabo siempre habemos muchos mexicanos que seguimos al TRI por todos lados, desde directivos, periodistas (aquí me incluyo), fanáticos y hasta mitoteros que sabelos hacer bola, buena entrada y así con estadios siempre llenos, la FEMEXFUT cobra buen billete y de ahí deberá…
Hacer su guardadito
Para poder hacerle frente a la FIFA, que nos seguirá imponiendo castigos de 20 mil dólares para arriba por el simple hecho de lanzar ese tradicional, singular y espontáneo…
¡Eeeeeeeh p…uuutoooo!
Cada vez que el defensa o portero rival realicen un saque de meta, según los “fifos” somos, me incluyo por supuesto en la parte que me corresponde por haberme sumado en algunas ocasiones a ese coro tan bien coordinado y ejecutado como si tuviéramos un director de orquesta que nos dirigiera, según estos “fifos” nuestro grito tradicional, divertido, espontáneo, original y generador de identidad es ¡homofóbico! y como ellos se sienten los “jueces bizarros e inflexibles” desde que castigaron a su exjefe Joseph “El Capo” Blatter, pues ya nos pasaron a torcer por el…
Millonario estudio de psicología social
Ya sabe usted que FIFA tiene muchos millones para gastar hasta en cosas ridículas como esta, en la cual resulta que el rival se siente agredido, insultado, denostado, golpeado, acorralado y quizá hasta indignado por el hecho de que los mexicanos le gritamos una peladez de altas proporciones cuando en realidad se trata de un grito.
Pícaro y divertido
Sin ningna intención de insulto o agresión homofóbica como dice el estudio que los “fifos” presentan, claro, quizá algún científico doctor en psicología social vino a México a enterarse y descubrir que de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua el grito al que me refiero tiene connotaciones insultativas homofóbicas, solo que les faltó ponerlo en el contexto de nuestra ideosincrasia en donde somos albureros de nacimiento, nos llamamos “güey” de cariño y a veces “cabrón” hasta de hermandad.
Cada palabra tendrá su propia intención de acuerdo al contexto en que se exprese, queda claro que el grito del estadio no ha tenido nunca esa denostación homofóbica que le achacan los “fifos” y por la que han multado a la FEMEXFUT con 20 mil dólares de los de a 18 pesos.
¿Cómo nos van a callar?
No hay forma en la que los “fifos” o la FEMEXFUT calle ese “Grito de Guerra” que surge de la tribuna de forma espontánea y natural al unísono de 10, 20 o 30 mil, y hasta más gargantas unidas de gente que ni siquiera se conocen entre ellos salvo el grupo con el que acudimos al estadio.
¿Taquilla o multa?
El buen Decio De María, presidente de la Femexfut, Memo Cantú, director de selecciones nacionales y algún mercadólogo tendrán que escoger entre pagar la multa en cada juego del TRI o salir con las clásicas amenazas de castigo o de echar a los gritones mexicanos, lo que de automático alejará a nuestra gente del estadio y retratarse en las taquillas mermando en millones de dólares por partido esos ingresos.
Así las cosas pues, no hay de otra para la Femexfut, hay que hacer un guardadito en cada juego para ir pagando esas estúpidas multas a la FIFA porque, esto sí es real, el grito NO lo podrán callar simplemente porque NO es insultativo, es coloquial, es natural y espontáneo… Así de fácil.
Cada chango a su mecate
Como es imposible callar ese grito , para la Femexfut que conoce bien el significado NO insultativo sino chacoteador, nuestros directivos tendrán que hacerle frente a la FIFA para convencerles de cual es la realidad de esta expresión coloquialmente futbolera.
Eso sí, hay que aclararles firme y radicalmente a los “FIFOS” que hoy nos quiere comparar, equivocadamente, con los gritos racistas de otros lugares en donde a los jugadores de raza negra los insultan de muchas formas, que estos sí son gritos discriminadores, agresivos y cobardes, muy alejados de nuestro original grito de guerra futbolera.
