Mejor no le pudo haber ido ayer a Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, en la visita que hizo el presidente Enrique Peña Nieto a Nuevo León para presidir la Asamblea de la Caintra por su 70 aniversario.
El aspirante tricolor a la Gubernatura de esta entidad cosechó tanto elogios del presidente de la Caintra, Álvaro Fernández Garza, como guiños del mandatario federal.
Para empezar por su estatus de secretario de Estado, Ildefonso Guajardo, fue colocado en la mesa de honor junto con el gobernador Rodrigo Medina y Peña Nieto.
No fue la única deferencia que hubo con Ildefonso en este evento.
A nombre de los industriales de Nuevo León, el también director general de Alfa, Álvaro Fernández, se refirió a Ildefonso como “paisano”, “nuestro amigo” y un “aliado estratégico”, comprometido con la productividad y competitividad del estado.
Luego, el presidente Peña Nieto lo incluyó en su discurso cuando recordó su compromiso de construir el proyecto de agua potable Monterrey VI y la trascendencia para Nuevo León.
Quizás lo mejor para Ildefonso fue que los cariñitos se realizaron frente a algunos de los aspirantes a la Gubernatura, como la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes; las senadoras Cristina Díaz e Ivonne Álvarez, y el diputado federal Héctor Gutiérrez.
Rebelión de panistas
El PAN de San Pedro se declaró en rebeldía en contra de la decisión cupular del panismo de Nuevo León de apoyar la reelección de Gustavo Madero.
El Comité Directivo Municipal sampetrino, que preside el panista Américo Ferrara, colgó el martes en la fachada de la sede municipal una manta de apoyo a Ernesto Cordero y a Juan Manuel Oliva.
Una afrenta, considerando que Nuevo León es territorio de Gustavo Madero y prácticamente todos los liderazgos albiazules le han jurado amor eterno al presidente nacional panista.
Pero el alzamiento de los panistas de San Pedro duró apenas un día. Misteriosamente, ayer la manta pro Cordero fue retirada del edificio albiazul.
En el PAN sampetrino nadie se quiso hacer responsable de la bromita y la versión oficial es que la manta apareció solita.
El caso tiene dos lecturas.
La primera es que el senador Raúl Gracia cumplió su amenaza y prepara a su gente para que vote por Ernesto Cordero.
La segunda, es que la manta tuvo el propósito de exhibir el poco control que tiene el alcalde Ugo Ruiz en el Comité Municipal sampetrino, y así con ello tratar de minar el camino del munícipe para convertirse en consejero nacional.