Mega exorcismo

Ahora que se supo que varios miembros de la jerarquía católica llevaron a cabo en mayo un “magno exorcismo” para liberar a México de sus “infestaciones satánicas”, a lo mejor valdría la pena que se dieran una vuelta por algunos pasillos de la política mexicana.

Para empezar, en el PRI podrían darse una vueltita para expulsar a los demonios que quieren que rumbo al 2018 se forme una fractura más grande que la falla de San Andrés.

En el PAN, el exorcismo ayudaría a que más de uno deje esas ideas, que muchos ven como contranatura, de adelantar los tiempos de la elección presidencial.

Y en el PRD no necesitarían uno, sino varios magnos exorcismos para ya sacar a toooooodos los demonios que han atacado a ese partido y han terminado por quitarle la mitad de sus curules en San Lázaro. Ay pero, ¿será que los rezos del cardenal Juan Sandoval Iñiguez, quien encabezó el exorcismo, sean admitidos en lo más alto? Si no, los partidos deberán explorar otras formas de pedir ayuda al Mesías –y no hablamos del tropical-.

PRD vs PRD

La lucha interna en el PRD arrecia. Ahora los senadores, comandados por Miguel Barbosa, piden al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que desocupe al Secretario de Gobierno, Héctor Serrano y a la Secretaria de Desarrollo Social, Rosa Icela Rodríguez y al polémico director del Sistema de Transporte Colectivo, Joel Ortega.

La solicitud obedece a los catastróficos resultados electorales del pasado 7 de junio y por los cuales ahora hay una batalla campal al interior del Sol Azteca. ¿Será que con la salida de estos dos operadores, a los que todos responsabilizan de la derrota, se compondrá la situación del partido?

Descansen en paz

Ya está consumado el final del Partido del Trabajo y del Partido Humanista. A pesar del pataleo que dio el PT para poder sobrevivir, nada logró. Se acabaron las vacas gordas para el profesor Alberto Anaya.

Ayer el Instituto Nacional Electoral nombró a los interventores que serán los encargados de las cuentas de ambos partidos, pero principalmente del PT, que tiene más de dos décadas de recibir financiamiento público. La idea del INE es evitar que ante esta situación de depredación de los recursos de ese partido.