Parecería contradictorio pero no, Rodrigo Medina anotó gol con la sociedad al detener el replaqueo, pero al mismo tiempo temió dar un paso completo y cortarse el chorro de lana.
Así es, el gobernador del estado no se animó, o no se la creyó, que podía tener una empatía y un acto de congruencia con la población que mayoritariamente lo eligió y decidió dejar truncado el aplauso.
Por un lado, si cancela el replaqueo que costaría 345 pesos (multiplicado por el parque vehicular en el estado) sería mucha lana, pero por otro, veta las disposiciones del Poder Legislativo al bloquear las decisiones que éstos le impusieron al Instituto de Control Vehicular.
Es curioso que el fenómeno que sucede en lo local también se ve reflejado a nivel nacional, en donde al final de cuentas, se ve la necesidad imperiosa del Poder Ejecutivo de hacerse sentir fuerte y buscar las modificaciones que lo fortalezcan, como hace muchos años, con la centralización de funciones, actos y reformas.
No cabe duda que el poder sin contrapesos es una locura.
Pero parecería que esa “enfermedad” no sólo se da en esos niveles.
También lo vemos a nivel municipal, como con el acto en el que el Ayuntamiento de San Pedro creó la famosa y fracasada (hasta el día de hoy) Mesa de la Justicia.
Pero mientras eso sucede en el mundo de los hechos, los que ahora discuten los qué y los cómos en el estado de Nuevo León, muestran que no han sido muy buenos para exhortar a que otras cosas sucedan.
Por ejemplo, tenemos el caso de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que tiene problemas desde hace tiempo en varias áreas.
Todo esto, más allá de la denuncia que interpusieron exempelados contra la titular por bullying, además de los exhortos que han venido haciendo a que cumpla con la imparcialidad que debe tener la Institución.
Porque no existe realmente una autonomía del organismo. Y es que desde su fundación nació mocho: es decir que la cabeza es elegida, aprobada y removida casi al antojo del gobernante en turno.
El perfil de un organismo autónomo debe estar definido por ley y falta mucho para que así sea.
Mientras este proceso contra la titular del organismo llega a su término, hay cosas que sí se podrían hacer muy rápidamente con sólo obligar a la titular a que termine de completar el Consejo con el que funciona y que hoy tristemente no llega ni al 40 por ciento de consejer@s, y habría que preguntarse si los que están son libres y no tienen conflicto de intereses, ya sea por parentesco con algún funcionario de otro nivel o por prestar ciertos servicios en las cárceles.
Situación que pueda limitarles a opinar y decir lo que realmente se tiene qué hacer, o lo que saben sucede dentro de las instalaciones.
El tema sale a flote pues en unos días más se celebrará el día Internacional de los Derechos Humanos y habremos de ver los festejos, los discursos y los gastos, sin que todo esto lleve realmente a un feliz término que nos permita que al final del día la sociedad en su conjunto se vea beneficiada de organismos que deben trabajar en prevenir, difundir y hacer su deber más allá de los intereses del Poder Ejecutivo en turno.
Y mientras todo esto sucede, llega también la fecha de “celebrar” el programa de Alcalde Cómo Vamos, y que se evaluará una vez mas el avance de cada municipio del área metropolitana.
Buen trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y esperamos mayores avances de cada uno de los municipios, especialmente de aquellos que gastan más en imagen, que en obras y acciones a favor de la comunidad.