México: el latino aburrido

Estos días, una vista rápida a los titulares económicos latinoamericanos tiende a emocionar a los morbosos. 

Que si van a impugnar a la presidenta brasileña, que cuando va a quebrar la economía venezolana, que si los argentinos entrarán en default. En términos económicos, los países líderes latinos tienen actualidades económicas harto interesantes; el único aburrido parece ser México. 

Francisco Fierro Francisco Fierro Publicado el
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Estos días, una vista rápida a los titulares económicos latinoamericanos tiende a emocionar a los morbosos. 

Que si van a impugnar a la presidenta brasileña, que cuando va a quebrar la economía venezolana, que si los argentinos entrarán en default. En términos económicos, los países líderes latinos tienen actualidades económicas harto interesantes; el único aburrido parece ser México. 

Empecemos con el latino más grande, miembro del BRIC y actual protagonista de una caída espectacular: Brasil. Tras ver una década de crecimiento económico por encima del promedio de la región, un boom petrolero, y ser anfitrión de una Copa del Mundo; este año Brasil estima que su economía se contraiga un 3 por ciento. 

Esta caída se presenta en parte como reacción a los escándalos de Petrobras, donde altos funcionarios del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff beneficiaron con macrocontratos a diferentes empresas a cambio de beneficios personales.

Este drama político-económico mantiene a su bono gubernamental certificado en niveles de “basura”, una inflación de doble dígito (la más alta en 12 años), y a Rousseff al borde ser condenada por corrupción. 

Mientras tanto, en Argentina los espectaculares siguen en pie, pues aún no confrontan su realidad económica. Su fantasía se ejemplifica con una inflación cercana al 30 por ciento, un tipo de cambio al dólar que propone el gobierno de Fernández de 9 pesos por dólar (15 pesos en el mercado informal), y un déficit fiscal que solo puede ser solventado vendiendo deuda a China (su deuda alcanza el 43 por ciento de su PIB). 

Argentina tiene una historia harto interesante, para aquellos que gustan ver cómo una política monetaria mal dirigida puede condenar el crecimiento de un país por décadas. Por suerte, los argentinos han caído en cuenta en eso y en las siguientes elecciones el reformista pro-mercado Macri parece ser el que pondrá fin al Kirchnerismo y, esperemos, se empiece a enfrentar las duras realidades de su solvencia económica. 

Y el (perpetuo) ganador a la mejor comedia latinoamericana es la situación que se vive en Venezuela. Tras la caída de precios petroleros en más del 65 por ciento, el gobierno caricaturesco de Nicolás Maduro está buscando en cualquier lado cualquier excusa para esconder su fracaso gubernamental. 

La última fue que el banco central venezolano demandó a una página de internet de Alabama, “dollartoday.com”, que se dedica a publicar las tasas de intercambio reales en países donde la oficial es irreal. La acusa de “ciberterrorismo”.

Mientras tanto, México parece ser el latino más aburrido en términos económicos. La política monetaria no da de qué hablar, las finanzas públicas (a nivel federal) se están ajustando adecuadamente a la caída de precios petroleros, y las diferentes estimaciones de la inflación se mantienen a poco más de 1 punto porcentual de diferencia del objetivo gubernamental. Qué aburrido.

El manejo correcto de la política monetaria mexicana ha hecho exactamente eso. Manteniendo el solo objetivo de mantener el valor adquisitivo de la moneda, tasas de interés referenciales en 

3 por ciento, y una inflación debajo del 4 por ciento anual, los cimientos básicos para una economía estable limitan el impacto de fuerzas exteriores. 

Si bien México no ha encontrado el dinamismo propuesto por las reformas estructurales, y el ambiente exterior no ha sido tan favorable, hay que sólo voltear a ver a nuestros vecinos para poner en contexto el éxito de nuestra política monetaria. 

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