¡México podrido!

La Procuraduría General de la República descalifica los testimonios de los tres testigos que involucran a la alta jerarquía del anterior gobierno de Sonora en el homicidio imprudencial de 59 menores al considerarlos “de oídas”. 

Francisco Martín Moreno Francisco Martín Moreno Publicado el
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La Procuraduría General de la República descalifica los testimonios de los tres testigos que involucran a la alta jerarquía del anterior gobierno de Sonora en el homicidio imprudencial de 59 menores al considerarlos “de oídas”. 

¿De oídas…? ¿De oídas cuando dichas personas se atreven a afirmar en diversos videos corriendo todo tipo de riesgos, que el encargado de quemar la documentación confidencial y comprometedora del gobernador Eduardo Bours había cumplido con sus instrucciones de incinerar los archivos sin tomar en cuenta que el fuego podría propagarse a una guardería llena de chiquillos que perdieron la vida? 

¿De oídas cuando el supuesto jefe de escoltas del Secretario Técnico del exgobernador, el presunto responsable de la conflagración, fue posteriormente masacrado a balazos para impedir que se divulgaran las órdenes criminales que recibió para quemar unos archivos que supuestamente hablaban de desviación de recursos? 

¿Todo lo que compromete es “de oídas” y por tanto debe ser desechado a pesar de que los testigos conocieron y escucharon personalmente los dichos de quienes perpetraron los crímenes? ¿Esta es la justicia priísta? 

¿“De oídas” es la muerte de pequeños absolutamente inocentes, lo mejor, la gran esperanza nuestro país? ¿“De oídas” es el jefe de escoltas asesinado? ¿La justicia también es “de oídas”? ¿La desesperación mucho más que justificada de los padres que asistieron al incendio de la guardería y que padecieron en su impotencia la muerte de sus hijos sin que nadie pudiera socorrerlos, también es “de oídas”? 

¿De oídas también es su furia y su frustración porque después de cinco años del deceso de los menores todavía no se conoce a un solo asesino que esté purgando una pena corporal en una cárcel habiéndosele probado su responsabilidad? O sea, ¿el incendio fue porque sí…?

¿Por qué si hace ocho meses la Procuraduría conocía estas declaraciones no hizo nada ni informó a la opinión pública de estas importantes revelaciones? ¿Por qué, a pesar de revestir un clamor nacional no se ha impartido justicia? ¿Por qué el silencio de la autoridad estatal y federal? ¿Se trata de autoridades incapaces o de autoridades venales o ambas cosas juntas desde que no han podido dar con los culpables a pesar de que la sociedad sonorense los señala enfurecida? ¿Por qué el ocultamiento?

¿Por qué la impunidad? ¿Por qué la pasividad ante tanto dolor? ¿Ningún ministerio publico ni juez alguno se compadecen de la pavorosa suerte de los padres de los infantes? ¿Por qué la indolencia? ¿Por intereses políticos inconfesables? 

¿Si ya se sabe que el fuego fue provocado y que no se debió a ninguna condición atmosférica o ambiental y, sin embargo, no se ha logrado dar con los culpables, en inteligencia de que quien podría haber resultado responsable fue asesinado en términos macabros?.

Aquí no hago pregunta alguna, sino que afirmo: México es una sociedad podrida incapaz de hacer respetar los más elementales derechos de los chiquillos. 

Todos somos culpables. Bours y Karam los primeros y luego todos nosotros. Tú que lees estas líneas, también eres culpable. Tú, que no quiere leerlas, también lo eres. 

Mientras no veamos en la cárcel a los asesinos, todos seremos culpables de la muerte de nuestros hijos. Menuda comunidad mexicana que ni siquiera responde furiosa como un solo hombre o mujer cuando asesinan a lo mejor de nosotros…

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