¿Se acuerdan de la ejecución en el estacionamiento del Rey del Cabrito?
Lo más seguro es que no.
Pasó hace casi 20 años, en los tiempos del entonces gobernador Fernando Canales.
“Lo ejecutan al estilo Jalisco”, tituló un periódico de la localidad en aquel entonces el suceso.
La Procuraduría del Estado detuvo a dos de los responsables del crimen del comerciante.
Uno de ellos se llamaba Miguel Ábrego Nava, alias “El Sonrics”. Un juez lo sentenció a 30 años, pero su condena se redujo y dejó la prisión. En el 2008, Ábrego Nava fue detenido en San Pedro, en Residencial Chipinque, en el operativo del Ejército donde se capturó a Carlos Adrián Contreras, alias “El Charly”.
Se pensaba que estaba detenido por los cargos de portación de armas y tráfico, pero no. También se creía que estaba muerto, pero no.
Ayer Ábrego Nava fue una de las personas que tripulaba una camioneta blindada y resultó herida en la balacera que se registró en la zona de Cumbres Elite.
Paridad, asunto complicado
Para los diputados de Nuevo León, la paridad de género es un tema complicado de cumplir.
No importa que el derecho esté en la Constitución, no importa que organismos internacionales como la ONU y la OEA hayan exigido a México garantizarlo, para los legisladores locales es complicado.
En esos términos viene el dictamen para reformar la Ley Electoral de Nuevo León que anoche se discutía en el Congreso del Estado y que fue presentado por las comisiones unidas de Legislación y Puntos Constitucionales.
Para los diputados del PRI y PAN, sumisos a sus alcaldes, la paridad horizontal y vertical viola la libertad de los partidos políticos para elegir (no se vayan a reír por favor) de manera democrática a sus candidatos.
El documento contiene joyitas misóginas y machistas como la siguiente: “…puede darse el supuesto de que el mejor candidato para determinado ayuntamiento o ayuntamientos sea varón, pero por cuestiones de paridad se vea obligado a postular a una candidata mujer, afectando directamente sus posibilidades de ganar la elección”.
Los diputados del PRI y PAN han conseguido lo impensable: verse más misóginos y machistas que el propio gobernador Jaime Rodríguez.
El fiscal frustrado
Frustrado por no poder encarcelar a ningún medinista hasta el momento, el fiscal Anticorrupción del Estado, Ernesto Canales, pretende desquitar su impotencia con el diputado local del PRI, Héctor García.
Canales ha rebajado su cargo para utilizarlo para ajustar cuentas personales con uno de los diputados que más cuestionó su papel en el cobro de 6 millones de dólares en el caso de Paula Cusi.
“Te voy a perseguir hasta el fin del mundo”, amenazó Canales a García y a Gabriel Tláloc al término de la comparencia del zar anticorrupción.
Hoy un vengativo y frustrado Canales pretende acusar a García por un viejo litigio entre particulares que se remonta a casi 20 años. Y lo hace violando la ley, mintiendo a jueces federales, utilizando la Fiscalía como una oficina de espionaje, abusando de sus funciones y acosando. Qué triste el personaje en el que se ha convertido Canales, alguna vez una figura del respetable del derecho en Nuevo León.
