Milagros o Mi-logro
Hace unos días, un grupo de mujeres me invitaron a una aventura especial, poner el corazón y la unión para la solución de problemas en la comunidad.
Resultó una convocatoria muy interesante, en donde más de 300 mujeres pusieron sus oídos para escuchar la propuesta.
Una oradora invitada, M. Williamson, habló sobre lo importante que es la energía del corazón y el abrirlo para empezar a transformarnos y por ende modificar lo que está a nuestro alrededor.
Habló sobre lo que puede generar la fuerza multiplicadora y cómo con ella realmente puedes lograr milagros.
Tatiana ClouthierHace unos días, un grupo de mujeres me invitaron a una aventura especial, poner el corazón y la unión para la solución de problemas en la comunidad.
Resultó una convocatoria muy interesante, en donde más de 300 mujeres pusieron sus oídos para escuchar la propuesta.
Una oradora invitada, M. Williamson, habló sobre lo importante que es la energía del corazón y el abrirlo para empezar a transformarnos y por ende modificar lo que está a nuestro alrededor.
Habló sobre lo que puede generar la fuerza multiplicadora y cómo con ella realmente puedes lograr milagros.
Milagros desde el sentido no literal, sino del que viene como de MI LOGRO colectivo.
La conferencia fue un pretexto para que más mujeres se unan a ese esfuerzo y vean que con acciones pequeñas, comprometidas y sumadas, se da un todo enorme logro.
Hay ejemplos de esto en otras partes del mundo, pero creo que vale la pena voltear a ver cómo en nuestro país y en nuestro estado tenemos casos que demuestran que con una semilla sí se puede logar una gran cosecha.
Tal vez el más reciente caso es el del famoso #YoSoy132, que sigue en pie a todo lo que da y ya logró abrir un medio para el debate nacional que parecía imposible hace apenas unos días.
También el Redondeo en algunos lugares comerciales alcanza a transformar vidas, ya que el centavo de cada uno se vuelve los miles de pesos para otros que llegan a llenar estómagos o incluso proveer de medicamentos, muletas o sillas de ruedas para que muchos vivan y caminen.
Esa es la tarea del grupo Semillas, que promueve que mujeres de áreas no urbanas e indígenas puedan lograr un apoyo económico para iniciar un negocio.
Y cómo al emprender esa empresa, han logrado entrar a mercados internacionales con algunos de sus productos, volviéndose una herramienta de cambio en comunidades enteras de nuestro país.
Y por qué no decirlo también, aquellos grupos de oración o meditación colectiva que se han generado en muchos lados del planeta para lograr objetivos concretos de sanación de una persona o una circunstancia.
Segura estoy que este esfuerzo que inició el viernes habrá de traer resultados antes de lo esperado.
Felicito por ello a Cristina Cortés, Cristina Canales y Bárbara Arredondo por dar un paso que terminará en una gran marcha transformadora.