Imaginar un día sin autos no es rentable. Ni siquiera para nuestra propia imaginación.
A estas alturas nadie se atrevería a “tocar” a la industria y sus aliados en lo público para desbaratar un modelo de ciudad en el que automóvil es un monopolio de consecuencias nocivas para la salud, pero que aparentemente sigue representando El Progreso de las urbes.
Monterrey no es la excepción y quizá es el peor ejemplo de cómo este monopolio puede incluso ser parte de nuestro no tan querido primer lugar en la mala calidad del aire en América Latina. Pero, ¿el problema son los autos? No.
El problema no son los autos, es la racionalidad de su uso. Atrévase a no usarlo en distancias cortas de hasta 5 kilómetros.
No quiero sonar aguafiestas, pero recuerden que por subir una foto en feis usando otras formas de movilidad no se solucionan los graves problemas que tenemos.
Mayor compromiso para incidir en lo público que una fotopalface por fa.
Necesitamos infraestructura de escala humana para que eso no sea sólo de hábitos sino de políticas públicas.
Así como el rediseño de una ciudad compacta para “vivir cerca de la vida” (Gabriel Todd).
El problema no son los autos. Son sus dueños que creen que el espacio público va incluido en el costo de sus autos. No sea un gandalla del espacio público. Respete.
El problema no son los autos… El problema son los autos que trasladan a sólo una persona.
Intente compartirlo o utilícelo para su tránsito de día más pesado.
El problema no son los autos, sino quienes lo consideran el “rey” y son capaces hasta de violentar los derechos de otros o incluso discriminar a otros por no tenerlo.
Evite dirigirse como “nacos”, “feos” y “pobres” a quienes no contamos con un auto.
La industria automotriz está cambiando porque el problema no son los autos sino la energía que utilizan y su tamaño,
¿Puede cambiar su camionetota por uno compacto?, ¿puede cambiarlo por un híbrido o eléctrico?
Hágalo, si le es posible.
Y, por último, todas las veces que pueda sea consciente de que usted tiene un derecho ciudadano y al mismo tiempo es un consumidor.
Entonces, tiene el poder de cambiar al mercado y al Estado.
No nos hagamos y mejor hagamos una ciudad digna en donde podamos disfrutar la vida.
Sí podemos hacer al menos un día sin autos en nuestra propia vida según nuestras necesidades.
Un nuevo modelo de ciudad está necesitado de nuestros nuevos hábitos.Iniciativas ciudadanas invitan a pasar un día sin utilizar el automóvil, o al menos dejarlo en casa cuando se trata de recorrer distancias cortas de hasta 5 kilómetros.