Sochi.-
Conste, hablo de revancha y no venganza. La revancha es reto y satisfacción personal, la venganza, “ESE” plato que se cocina caliente y se come frío es energía negativa que se mete al alma por el corazón, es sentimiento y acción contra los demás, me quedo con la revancha.
Los fantasmas del hielo...
Aparecen por todos lados en las pistas de Sochi, en particular en las de velocidad.
El Palacio de Adler, majestuoso escenario para la pista larga de 400 metros y el patinaje en pista corta dentro del ring de hockey, el “Palacio del Iceberg” .
Los americanos venían por 10 medallas o quizá conservadoramente mejorar sus cuatro de Vancouver, esto casi termina y no llevan ni un triste bronce. En contraparte, los “dueños del hielo”, Holanda, ha superado por mucho sus propias expectativas, de las siete de Vancouver 2010 hoy se colgaron la número ¡16! . Y lo que falta con las distancias largas y los relevos, es más, han hecho tres competencias de 1-2-3, los 500 y 5 mil masculinos y los mil 500 femeninos.
En el caso de lo hombres ni un patinador repite.
Cuatro golpazos
Favorito entre los favoritos con el título del mundo en el cuello y mucha arrogancia en la actitud, Sven Kramer aterrizó en Vancouver 2010 con la seguridad de quien se sabe el mejor.
Su especialidad, los 5 mil metros, los conquista con la facilidad acostumbrada. Viene el reto de los 10 mil en esa pista larga de 400 metros, en la que la cadencia y el ritmo son fundamentales suponiendo de antemano que se tiene el fuelle para resistir 20 ó 22 vueltas manteniendo el ritmo constante para apretar, “echando el resto” en la última vuelta y media.
El entrenador es parte fundamental no solo antes de la competencia, eso lo damos por hecho, sino durante la carrera de su patinador. Se les permite patinar por fuera de la pista en el área técnica y gritar frases cortas previamente pactadas, así como recordarle el cambio de carril, los patinadores suelen olvidar esto concentrados en sostener sus ritmos de carrera …
¡…Cambia, es por allá..!
Palabras del coach Gerhard Kemkers que aún suenan en las pesadillas de ambos. Sven traía un tiempo excelente perfilado al oro, baja el ritmo, duda, y finalmente cambia de carril, solo que ese no era el momento, el coach se confunde y lo manda al matadero, los jueces marcan la penalización y Sven Kramer es descalificado. Reclamos, gritos, frustración y luego la calma que viene cuando la cabeza y el corazón comienzan a enfriarse. Difícil hacerlo en estas condiciones, son los olímpicos, “no son enchiladas” diríamos nosotros, quizá ellos digan “No es agüjero de queso gruyere”.
A la calma le sigue la presión y el enfrentar la presión de los directivos y los medios, se busca culpable, se les tacha a los dos de negligencia, el coach Kemkers aparece devastado, y es el propio Sven quién sale al paso de las especulaciones…
‘No lo voy a correr…’
Frase a la que le siguen muchos cuestionamientos y presiones. Sven Kramer es claro, “ tres títulos del mundo, dos campeonatos Europeos, un Oro Olímpico no son como para tirarlo por la borda, se queda conmigo, es el mejor del mundo…”
Vinieron después de aquel nefasto episodio años más que difíciles para ambos, el coach es señalado con dedo flamígero, pierde oportunidades y opciones que le restan credibilidad pero solo en apariencia, los buenos, los verdaderamente buenos saben de su capacidad y así se mantiene en el medio.
Para Sven Kramer vienen además años complicados, se retira en la temporada 2011 por neuropatía, enfermedad en los nervios de la pierna derecha, la recuperación es complicada pero la sed de revancha puede mas que todo, y así vuelve a unirse al coach Gerhard Kemkers, conquistando el título europeo y más adelante el All Around en los mundiales de Moscú.
En el 2013 se le acusa de doping, el escándalo aflora y se le echa leña al fuego cuando decide no defender su “All Around” en los Campeonatos Europeos, aduciendo que prefiere concentrar su preparación para Sochi 2014.
En Turín, también se equivoca
El historial olímpico de Sven Kramer está salpicado de “ESOS” errores mentales, casi inexplicables, que le han costado medallas olímpicas no solo a él en los personal, sino a Holanda entera. El patinaje de velocidad es casi religión en aquel hermoso país siempre asociado a los lagos y ríos congelados, a la gente acostumbrada por siglos a patinar para transportarse por esos ríos y lagos con cuchillas de madera , fierro o acero desde tiempos ancestrales, en los Olímpicos de Turín 2006 Sven, con apenas 19 años de edad es seleccionado como parte del equipo de persecución, prueba en la que Holanda ha dominado por décadas.
Sven pierde la concentración y cruza la línea que divide la pista con el área interna, el equipo de Holanda es descalificado y al joven Kramer no solo le llueven culpas y críticas, sino el golpazo anímico es tremendo.
Y llegan el rey y la reina
A la cita con la revancha llegan puntuales Sven Kramer, el coach Kemkers , la novia de siempre de Sven, medallista de Oro en Hockey sobre pasto en Londres 2012, Naomi Van As, todos listos después de varias noches de poco dormir para Sven, que repasa una y otra vez las instrucciones del coach en la estrategia de la prueba.
En la tribuna el rey de Holanda, Williem Alexander, su esposa, la reina máxima y el primer ministro holandés, Mark Rutte, pero más que estos tres distinguidos asistentes, hay más de 300 holandeses apoyando a sus tres patinadores, que terminan aplastando rivales haciendo un histórico 1-2-3.
Esta no es la revancha
Al final de la competencia y con el oro de los 5 mil metros colgado del cuello, Sven señala: “…esta no es mi revancha, las pesadillas terminarán cuando gane el oro en 10 mil, entonces sí estaré tranquilo…”