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Necesitamos un Gerente de Ciudad

El proceso electoral llegó y nadie lo puede detener.

Para unos significa negocio, dado que venderán  más productos promocionales como camisetas, gorras y mandiles.  

Para otros es más publicidad, o más trabajo a través de las encuestas, o la repartición de volantes. 

Pero ¿qué significa realmente para una buena parte de los ciudadanos el proceso electoral?

El proceso electoral llegó y nadie lo puede detener.

Para unos significa negocio, dado que venderán  más productos promocionales como camisetas, gorras y mandiles.  

Para otros es más publicidad, o más trabajo a través de las encuestas, o la repartición de volantes. 

Pero ¿qué significa realmente para una buena parte de los ciudadanos el proceso electoral?

Pienso que primeramente viene a la mente de algunos el desperdicio de papel, el cochinero en las calles a través de la contaminación visual, la contaminación auditiva y, por qué no decirlo, la desatención a los asuntos importantes pues la clase política se distrae y no hace lo que debe hacer, sino anda pajareando para ver cómo llevar votos a sus partidos. 

Mi hijos dicen que es el momento de apagar la tele, pues el IFE no los deja verla (hoy INE).

También es hacer obras de relumbrón y se cortan muchos listones, pero poco se invierte en lo realmente necesario y mucho menos se analiza cómo ahorrar, dado que el objetivo es gastar. 

Es más, hasta algunos políticos han comentado que el día de la elección se llegan a necesitar hasta 30 millones de pesos en un municipio de aproximadamente 123 mil habitantes.  

Leyó bien, esto es 243 pesos por habitante, que vendrían siendo como 500 pesos o 700 por voto, pensando que los mayores de 18 años son menos.

¡Wow!… ¿Qué podríamos hacer con 30 millones de pesos?

Por lo pronto pagarle o darle becas, a nivel medio superior, a 2 mil jóvenes durante un año en Nuevo León. 

Ups… No cabe duda que sería una mejor inversión para el futuro inteligente de cada uno de nosotros.  Pero no, la inmediatez es la que reina en la vida del político y poco le interesa el largo plazo, más allá del de su bolsillo personal.

Por eso y otros motivos más, dos organizaciones de la sociedad civil, Evolución Mexicana y Vertebra, han pensado que es urgente cambiar el modelo de gobernar las ciudades y tener hoy en día una figura de Administrador de la Ciudad y que la otra sea, la tradicional del político. 

¿Qué quiere decir esto? Que existe una persona que se ocupa de las tareas diarias de planeación y acción, como lo son recoger la basura, tener el alumbrado público al cien por ciento funcionado, que los parques estén en excelentes condiciones, ver en qué obras se debe de invertir y con qué materiales se debe construir, sin ver a qué amigos le dan la obra. 

Una persona que sea un técnico, y que sea al final de cuentas cada alcalde, quien decida los toques políticos que deben regir su administración, pero no por eso acabar con la planeación y crear un desorden urbano a partir de compromisos electorales, o de frustraciones emocionales de un gobernante.

Para ello y para compartir las experiencias de los expertos en el tema, este miércoles 22 por la mañana, un panel con tres especialistas pondrá el tema sobre la mesa.

Y para que se analice la planeación y la buena utilización de cada centavo en favor de los mexicanos y no en favor de las familias de los políticos.

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