Negligencia criminal

Es inaceptable que Joel Ortega, un expolicía metido a director del Metro, con tal de quedar bien con Marcelo Ebrard, no hubiese tomado desde hace meses la decisión de suspender el funcionamiento de la línea 12 del Metro. 

Joel Ortega sabía desde hace mucho tiempo el riesgo que corrían cotidianamente cientos de miles de usuarios del Metro, pero prefirió no asumir su responsabilidad, por cuidar sus relaciones políticas. 

Y ya que se va a investigar lo del Metro, sería bueno que el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, también descubriera el destino de los multimillonarios pagos de contratos que se hicieron por fuera.

Y de paso que nos dijeran por qué razón no se ha hecho nada respecto de los exagerados pagos que el director del Metro hizo en equipos de radio comunicación.

‘Quid pro quo’ calderonista 

Ante la falta de un pronunciamiento defensivo por parte de la presidenta del PAN, Cecilia Romero, los senadores calderonistas decidieron irse por la libre y asumir la ofensiva en el escándalo de Oceanografía. 

Y es que ante la marejada de corrupción que amenaza con hundir a Felipe Calderón en el escándalo de Oceanografía, los senadores calderonistas tomaron la decisión de condicionar su voto para la aprobación de la ley secundaria de la Reforma Energética, a que “la Procuraduría de la República aclare puntualmente las circunstancias del caso Oceanografía”.

En otras palabras, lo que los calderonistas quisieron decir es que harán naufragar las leyes secundarias de la Reforma Energética si la Procuraduría General de la República intenta irse en contra de cualquier panista calderonista. 

Más aún cuando el director de Pemex Emilio Lozoya anunció que ya se inició una investigación en contra del excandidato al gobierno de Campeche Mario Ávila Lizárraga, quien llegó a Pemex gracias a Felipe Calderón y a Juan Camilo Mouriño.

En los zapatos de Moreira

Con la aprehensión del exsecretario de Finanzas de Morelos, Alfredo Jaimes, es muy probable que volvamos a escuchar los mismos alegatos que para defenderse hizo en su tiempo el expresidente del PRI y gobernador de Coahuila, Humberto Moreira.

Seguramente el panista Marco Antonio Adame, exgobernador de Morelos, dirá que nunca supo cómo fue que su secretario de finanzas desvió recursos por más de 177 millones de pesos.