Una batalla clave en la disputa por el control del Consejo Estatal del PAN se librará el domingo 21 de abril, cuando se lleva a cabo la Asamblea Municipal de Monterrey para elegir a los candidatos a consejeros estatales.
El grupo de la neocúpula albiazul, que encabeza el triunvirato de Raúl Gracia, Zeferino Salgado y Fernando Larrazabal, medirá fuerzas en el municipio donde radica el poderío de los panistas rebeldes de La División del Norte.
Este grupo, que encabezan José Serrano e Iván Garza, operaban para la Santísima Trinidad, pero hace dos meses se desligó y ahora están convertidos en el bastión político de la alcaldesa Margarita Arellanes.
El día de ayer el senador Raúl Gracia, uno de los líderes de la neocúpula albiazul, se reunió con la alcaldesa Margarita Arellanes y hace una semana tuvo acercamientos con los líderes de La División del Norte.
Hasta el momento las negociaciones entre la Neocúpula y la División del Norte –encuentros que se retomaron tras duros encontronazos entre sus dirigentes- dejan entrever algunos posibles acuerdos.
Uno de los que se vislumbra es que los dos grupos hoy enfrentados apoyen en Monterrey una lista de candidatos en común, para poder acaparar el mayor número posible de las 17 propuestas que se enviarán a la Asamblea Estatal del 5 de Mayo.
En caso de que no prospere este acuerdo, implicará un desgaste que abrirá la posibilidad de que los dos bandos lleguen enfrentados con damnificados a la Asamblea Estatal y entonces llegarán las consecuencias para la unidad del PAN.
En el punto donde parece que sí existe un acuerdo entre ambos frentes es que la alcaldesa Margarita Arellanes encabece la lista de candidatos de Monterrey por su condición de presidenta municipal y líder del panismo regio.
Los ‘pecados’ de Minerva
La llegada de Minerva Martínez a la presidencia de la Comisión Estatal de Derechos Humanos fue el inicio de una era de acoso y terror, pero también de un desbarajuste en la nómina del organismo.
En la institución se habían dado de baja a 80 personas, entre el 21 de enero de 2008 y el 15 de junio de 2012, desde personal que llevaba décadas de servicio hasta nuevos trabajadores contratados por ella misma.
Esto se desprende de un documento que llegó a nuestra redacción y en donde se aprecia que la mayoría fue por renuncia voluntaria, es decir, no tuvieron derecho a una liquidación o a un finiquito.
La ombudsman fue nombrada titular de la CEDH en el sexenio de Natividad González Parás y fue ratificada para su segundo periodo por el gobernador Rodrigo Medina.
Una posición en la que, según sus palabras, ha “sobrevivido” durante cinco años.
Y es que precisamente ha sido en esta época de violencia criminal en la que las autoridades han cometido una cantidad extraordinaria de violaciones a los derechos humanos.
Antes de las revelaciones del “bullying” en el organismo, se esperaba que el Consejo Consultivo de la CEDH sesionara esta semana.
Pero es claro que no se hará, porque ya hay una queja ante este consejo por el acoso de la ombudsman quien, a su vez, es la única facultada para convocar a juntas.
Al tener un interés opuesto, es obvio que no citará a los consejeros para discutir un asunto que la afecta directamente.
No, hasta que las aguas se tranquilicen.