No es una opción… es una obligación

¿Cómo está eso de que el gobernador de Guerrero Rogelio Ortega confesó haber dado órdenes para que la policía estatal no impida la comisión de actos vandálicos y violentos,  para que no se le acuse de ser un represor? 

¿Acaso el gobernador Ortega ya olvidó que cuando tomó posesión como gobernador de Guerrero protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan? 

Y es que no se trata de que el gobernador haga uso de la fuerza para reprimir a los que en ejercicio de sus derechos se manifiestan pacíficamente.

De lo que se trata es que el gobernador del Estado de Guerrero, Rogelio Ortega, impida actos vandálicos como los ocurridos el sábado, cuando un grupo de encapuchados violentos secuestró y quemó vehículos a las puertas del palacio de gobierno del estado.

Otra vez encapuchados 

Como en Guerrero no hay poderes capaces de garantizar el orden, ayer volvieron a aparecer los encapuchados en Acapulco para hacer toda clase de destrozos a su paso y “tomar” por la fuerza el aeropuerto. 

¿Quiénes son esos que se ocultan el rostro para cometer actos violentos y vandálicos?

¿Quiénes son esos que se sienten con derecho para paralizar violentamente un aeropuerto? 

La desaparición de 43 jóvenes de Ayotzinapa no debe de ser el pretexto de unos vivales para intentar desestabilizar la vida de México. 

En esto hasta los padres de familia de los normalistas desaparecidos están de acuerdo.

El gobernador del estado tiene que asumir las responsabilidades de su cargo, y si no quiere o no puede, lo mejor para todos los guerrerenses sería que solicite licencia. 

Comisión de la verdad

No está mal la idea de que se constituya una Comisión de la Verdad integrada por personas honorables como el historiador Enrique Krauze y el poeta Javier Sicilia, siempre y cuando dichas personalidades tomaran un curso intensivo que los vacunara de toda clase trampas y marrullerías. 

Y es que solamente en este país puede ocurrir que una persona se auto inculpe falsamente a sí misma, como lo hicieron los detenidos la primera semana después de ocurridos los hechos. 

Detuvieron a los que no eran 

Qué bueno que la policía presentó ante el Ministerio Público a algunos de los que presuntamente habían incendiado la Puerta Mariana del Palacio Nacional. 

Pero que malo que los detenidos no resultaron ser los responsables de los actos vandálicos, sino personas arrestadas arbitrariamente. 

Es el caso, por ejemplo, de Juan Francisco Manrique Huerta, que estudia en el Tec de Monterey campus Ciudad de México, quien señaló que interpondrá una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.