Cuando las personas piden a gritos reconocimiento. Buscan ‘likes’ en sus selfies como una reafirmación de aceptación. Alguien, con una genialidad única, lee estas señales y las traduce.
Coca-Cola, la refresquera más grande de mundo, vuelve a darnos una clase de marketing. Cuando crees que ya lo has visto todo, sale con su campaña “Comparte una Coca Cola”.
600 nombres impresos en latas y botes pet tienen a todo el mundo, sin importar la edad, buscando la suya y lo más importante, saturando las redes con selfies donde aparecen junto a su lata, lo que permite reproducir exponencialmente la campaña por todas las redes sociales.
A esta campaña se le suma en México, Coca-Cola life, el refresco verde de la compañía. Un producto creado en Argentina y Chile desde 2013. Su novedad, la combinación de Stevia y azúcar de caña para lograr un producto más “saludable”.
Alguien leyó bien las señales: las personas están ávidas de reconocimiento. Tienen una mayor conciencia de sus salud. Están más alerta de lo que comen y de las sustancia que tienen los productos industrializados. Y decidió darle al cliente lo que pide.
Este cambio socio-cultural comenzó en los años 70 y se denominó la postmodernidad. Las personas cambiamos el modo de ver la vida. La propia OMS impulsó desde entonces un nuevo término: ‘calidad de vida’, el cual reemplazó el modelo de sobrevivir a las circunstancias por el de buscar vivir con calidad, no solo de cosas cuantitativas, si no más bien subjetivas.
Para el siglo XXI, el concepto de calidad se llevó a las ciudades y el medio ambiente. Y un nuevo cambio socio-cultural, aun sin nombre, se gesta en la conciencia colectiva provocado por quienes ahora forman parte de nuestras vidas: el Internet y las redes sociales.
Las personas viven la posibilidad de obtener reconocimiento social a través de un ‘like’ en las fotos y videos publicados. Entramos a lo que Maslow llamaría la última etapa de la pirámide, queremos trascender.
Para vivir con calidad y trascender necesitamos cuidar nuestra salud, por lo que ya se había tardado Coca-Cola en ofrecer un producto más “verde”. Claro que, saludable, está muy lejos de ser una palabra que se asocie a este producto.
Por lo que respecta a su estrategia, esta seguramente formará parte de los futuros libros de texto para aquellos mercadólogos y directores de empresa que pretendan llevar a sus compañías a durar y lograr lo que esta refresquera ha hecho en los 128 años que tiene de vida.
Por lo que en términos empresariales no podemos decir otra cosa más que ‘chapeau’, no ha muerto la genialidad.