Muchos miles y hasta millones de fanáticos y otros tantos de NO fanáticos o de aficionados de ocasión, esperamos con ansias de “a deveras” la llegada de octubre y con este mes los playoffs y la Serie Mundial de las Grandes Ligas del Beisbol.
Mucho más si a estos playoffs se mete nuestro equipo favorito, y aún mucho más que mucho más cuando ese nuestro equipo, lleva un buen rato sin acceder a la Gran Fiesta de las Grandes Ligas.
Este fue con exactitud mi caso particular cuando…
Mis sufridos Mets…
Cuya última aparición en Serie Mundial fue en el año 2000, cuando fueron superados por los vecinos millonarios, los Yanquis, y no ganaban una Serie Mundial desde aquella de 1986 superando a los Boston Red Sox.
Por primera vez en varias temporadas, los impredecibles Mets dominan la División metiéndose a Playoffs para enfrentar a los poderosos y favoritos Dodgers, para luego dejar planchados a los Chicago Cubs que prolongan la famosa “Maldición”, sin alcanzar el máximo título en Serie Mundial por mas de 107 años.
Los Mets basan sus triunfos en el apoyo que sus jonroneros dan a sus cuatro grandes y jóvenes abridores, los “peludos” Noah Syndergard y Jacob DeGrom, junto con Joe Niese y el tremendo Matt Harvey.
A base de macanazos y una racha de siete partidos consecutivos pegando Home Run del infielder Daniel Murphy, los Mets alcanzan el título de la Liga Nacional para meterse a la Serie Mundial.
Resignación
Ya en la décima entrada del domingo y a pesar de “mi” fanatismo por “mis” Mets, mi único pensamiento fue, este no lo sacan ni con las uñas, y si logran hacerlo, la verdad somos tan inferiores a los Royals de Kansas City que de verdad no merecemos seguir en esta Serie Mundial 2015 tan desigual… Así de fácil.
Un espejismo
Enfrentar a los Reales de Kansas City no es cosa menor, su juego de ofensiva agresiva bateando Hits y no Home Runs, corriendo las bases con decisión y jugadas de equipo bien trabajadas.
Desde el primer juego nos dimos cuenta que los Royals son más equipo que “MIS” Mets, que parecen jugar con nueve esfuerzos diferentes a la ofensiva y nueve más a la defensiva. No se puede llegar a la Gran Serie con tan limitadas opciones, no hubo nunca estrategia ofensiva de esas de hit por hit, mover corredores queriendo definirlo todo a base de toletazos profundos y Home Runs.
A la defensiva las limitaciones son similares, poco fildeo en el infield, malos tiros a las bases para los doble plays, el cátcher nunca pudo sacar a algún corredor de Royals que le robaban las bases con singular alegría.
Por si fuera poco, el relevo tiró basura echando a perder salidas como la de Matt Harvey en el cuarto juego del domingo, en el que los dejó con ventaja y hombres en base en la novena entrada para que llegara el ¿AS? del relevo cerrador, Jeruis Familia, que echó a perder ese juego y el segundo en los que su falta de dominio abre la puerta para sendos empates, extrainnings y triunfos de Kansas City.
