Si tuviéramos la oportunidad de borrar alguna jornada de la Liga MX, entre todas las novedades que nos han presentado y que hasta el momento no se reflejan en la cancha, seguramente la mayoría votaríamos por esta, en donde el conformismo apareció por muchas canchas con aquello de que los empates también suman y hasta cuentan, porque simple y sencillamente con la excepción de la voltereta de Monterrey en su propia cancha, obligado más por la vergüenza y la dignidad que por el fut, le mete 3-2 al Querétaro que se les había trepado a las barbas en el arranque del juego.
Le dicen clásico
Cierto que el América-Cruz Azul resultó entretenido, pero nada más.
Por ahí Miguel Herrera dice que les faltó contundencia, lo que se le olvida al famoso “Piojo” es que del lado de enfrente estaba el mejor portero nacional, José de Jesús Corona que con maestría resolvió el primer mano a mano contra Benítez, aunque en el segundo el ecuatoriano lo superó, y después, salvo los conatos de bronca, no hubo nada más que añadir, con la excepción insisto, de la enorme actuación de Corona y del jovencito Hugo González, que le está poniendo las castañas de a peso a Moy Muñoz, que si bien está listo para regresar físicamente, este muchacho está haciendo bien las cosas en la portería del América. Y luego…
Lo de los Xolos de Tijuana…
Que tuvieron que sufrir mucho para alcanzar a este Atlas renovado que hoy conduce Tomás Boy, que se había ido 1-0 arriba en el marcador.
Aquí el tema es recurrente, como el tantos equipos que cambian de técnico, que si son los mismos jugadores ¿qué pasaba entonces con el técnico anterior?
Y esto va desde luego al Puebla y al León que empataron a uno en medio de muchos bostezos, aunque a decir verdad, la Franja de Daniel Guzmán tuvo para ganar pero se quedó cerquita.
En otro de tantos empates, la visita de Tigres a la cancha del Morelia donde Carlos Ochoa de puro milagro alcanza a los del Tuca, que por perdonar un par de ocasiones regresan sólo con uno de los tres puntos en un partido bastante aburrido.
¿Y el San Luis?
Solamente una jugada importante en todo el partido, la del gol de Jaime Correa en donde el árbitro Miguel Ángel Ayala se faja los pantalones y no marca el fuera de lugar que desde la banca Hugo Sánchez señalaba y luego el berrinche de costumbre, aunque la repetición le tapa la boca al “Pichichi” y a todos que detrás de él le chiflaron al árbitro. Fuera de ese gol y un par de atajadas del joven Cota que de repente da una de cal y luego dos de arena, obligaron al Pachuca a regresar en camión de segunda y por la noche para que nadie les chiflara. Y el San Luis con la segunda victoria del torneo, por cierto consecutiva después de ganarle la semana pasada a Pumas.
Y para finalizar
Un Atlante desdibujado, probablemente afectado por la altura de la ciudad de Toluca de quienes por cierto no entiendo esa franja color guinda sobre su uniforme rojo, a lo mejor esperando a un patrocinador que todavía no llega o borrando alguno de los que estaban ahí y nada más, no hubo nada emocionante en este juego, salvo la jugada del gol, en donde Luis Tejeda, por cierto, no es el beisbolista, nos dejó callados a todos los atlantistas, que cómo estará la cosa que hasta un empate en Toluca íbamos a festejar.
Así las cosas pues, esta es una jornada para el olvido en la nueva Liga MX en donde ya en la mitad del torneo todavía no se reflejan en la cancha las buenas intenciones que con bombo y platillo nos prometieron en aquella presentación pomposamente majestuosa… Así de fácil.