Nos damos un ‘quien vive’…
Nada más llegar a este hermoso y cosmopolita Rio de Janeiro,comenzamos a respirar futbol por todos lados en medio del caótico tráfico de esta ciudad que a pesar de la nueva construcción de nuevas vías no tiene solución y conste que estamos hablando a unos días del arranque de la Copa Confederaciones que los brasileños han tomado como algo divertido pero no apasionante y a un año del arranque de la Copa del Mundo, este nudo no se va a resolver, como tampoco el tema de la hotelería que tiene precios nivel Nueva York, solo que aquí parece que las estrellitas las compran en el kínder y no alcan
Alfredo Domínguez MuroNada más llegar a este hermoso y cosmopolita Rio de Janeiro,comenzamos a respirar futbol por todos lados en medio del caótico tráfico de esta ciudad que a pesar de la nueva construcción de nuevas vías no tiene solución y conste que estamos hablando a unos días del arranque de la Copa Confederaciones que los brasileños han tomado como algo divertido pero no apasionante y a un año del arranque de la Copa del Mundo, este nudo no se va a resolver, como tampoco el tema de la hotelería que tiene precios nivel Nueva York, solo que aquí parece que las estrellitas las compran en el kínder y no alcanzan los niveles que pretende la gran manzana, sin embargo…
Aquí hay que adaptarse…
Por lo pronto hoy tuve la oportunidad de visitar el Maracana, todavía inconcluso, el estadio del Vasco da Gama es un referente sabroso, antiguo, incomodo, pero propicio para que el aficionado brasileño disfrute del futbol, hay otros dos estadios, uno de ellos público que inexplicablemente están cerrados, pero así nos la gastamos todos en Latinoamérica.
Por lo pronto me encuentro en el mismo hotel donde está la selección italiana con una seguridad que sobrepasaría los límites previstos, pero por algo lo hacen. Este domingo enfrentamos a la escuadra Azzurra y la verdad…
Ahí la llevamos
Italia sufre desde hace muchos años de la enfermedad de anotar solamente los goles indispensables para salir adelante, y esto a pesar de contar con grandes goleadores, es la filosofía o vocación de los italianos, hoy esta escuadra que apuesta a la calificación directa al Mundial y que por cierto tiene su destino en sus manos, llega a la Copa Confederaciones después de un tropiezo abismal cuando apenas empataron con la selección de Haití a dos goles aquí en Rio de Janeiro…
Pero no nos vyamos con la finta…
Esta no es la Italia que vamos a enfrentar el domingo, aunque tiene sus subidas y bajadas, Italia tiene por delante la cultura de ganar y el oficio para hacerlo, algo que nosotros habíamos aprendido después de muchos golpes en los últimos tres años y comenzamos a disfrutar, no de ganar por default o con la camiseta, pero si con un sistema y un estilo aparentementeexitoso y propio, que nos daban la oportunidad de medirnos con los grandulones y sin confiarnos dominar el área, ese capital se ha perdido y por esto el partido del domingo debe ser un gran juego de futbol.
¿Qué esperamos del Tri?…
Espero en particular que recupere la confianza que comenzó a perderse en el primer partido molero a principio de este 2013 y que no se ha recuperado haciendo crisis en el espantoso empate del martes ante Costa Rica. Acá en Brasil no nos perdonan el triunfo y el haberles arrebatado la medalla olímpica en Londres 2012, que ha sido la cúspide de nuestro fut y nadie le ha puesto atención a estos críticos meses en donde los nuestros han perdido seguridad y confianza, sin embargo con este mismo grupo la tuvimos y ahora el jugar ante estos tres equipos de alto nivel, incluido Japón que califica sin despeinarse y sin abrir los ojos a todo torneo donde se escriben, esa brillante oportunidad de jugarles y disfrutar este torneo de gran nivel, recuperar seguridad y confianza en lo que se hace y cómo se hace y reencontrar la portería que parece haberse borrado del GPS denuestros jugadores.
Así las cosas pues, habrá que dejar de lado por el momento la presión de una eliminatoria que se ha vuelto caótica y disfrutar de este torneo entregándolo todo en la cancha para que así, casi sin sentirlo el grupo y cada jugador recupere la confianza que por lo pronto desapareció como agua entre las manos… Así de fácil.