Tanto Saúl “Canelo” Álvarez como Julio César Chávez “Junior “ amenazan, protestan, manotean y hasta hacen pucheros fintando con no cumplir con sus respectivas próximas peleas, alegando mal trato reflejado en la disminución de las bolsas ofrecidas por sus respectivos promotores haciendo como que se les olvidan sus pobres exhibiciones en sus últimos combates, y conste, no hablo de los bultos en turno sino de los grandes rivales.
Al “Junior” le puso una paliza Sergio “Maravilla” Martínez en aquella pelea en que solo se la jugó en el último round para después dar positivo en mariguana. Al “Canelo” la repasada que le dio Floyd Mayweather Jr, luego vinieron los rivales a modo como si con ellos nos quisieran apantallar.
A Julio le pusieron revancha contra el muy castigado Brian Vera al que se merendó sin broncas, y al “Canelo” otro flanecito, Alfredo Angulo, en aquella pelea en la que regaló una lana por pasarse de kilos.
No metan las manos al fuego
Por nadie en el boxeo, mucho menos por los promotores que siempre de todos los siempre buscan recovecos y letras chiquitas en los contratos que otras tantas dejan de cumplir, esto también es la ley de la oferta y la demanda.
Para la empresa “Top Rank” del viejo lobo Bob Arum, famoso por sus magnas funciones históricas y por sus eternas “pasadas de vivales” con sus boxeadores, Julio Cesar Chávez Jr no ha sido la mina de oro como al principio despuntaba.
Sus indisciplinas, desapego al trabajo y al gimnasio, y el escándalo de la mariguana en su pelea más importante en la que salió con la cabeza abajo ante el “Maravilla”, le permite hacerle al Junior una oferta mucho más baja de la que la gente de Chávez supone que merece.
Seguramente aquí caben los dos factores, el disminuido interés del público por ver al Junior, y el estilo abusivo y agandallador de Arum, solo que Chávez tiene una pelea más firmada con “Top Rank” y tendrá que cumplir “haiga sido como haiga sido”.
Al “Canelo” le ocurre lo mismo, tiene contrato firmado con Óscar de la Hoya, el mismo que como boxeador se quejaba de lo que hoy, convertido en promotor, hacen a sus representados, solo que aquí el “Canelo” se inconforma, como lo comentamos hace unas semanas, con Televisa; algo así como darle patadas al pesebre.
Así las cosas pues, ambos aspirantes a figuras, “Canelo” y el “Junior” deberían concentrarse en recuperar credibilidad, y con esto, arrastrar más afición que va desde el ocasional y oportunista hasta el habitual.
Cuando esto ocurra, podrán gritar más alto. Mientras hay que demostrar lo que dicen que merecen allá arriba, en el ring. De habladurías, echadas, bravuconadas y “hociconadas” ya estuvo. Así de fácil.