A quien se le ha visto en los últimos días muy apurado es al coordinador de los diputados del PRI en el Congreso, Marco González.
El legislador tricolor anda muy inquieto ahora que los casineros están negociando directamente con el Gobierno del Estado el procedimiento para cobrar el impuesto al consumo en los centros de apuestas autorizado por el Congreso.
González sospecha que los casineros puedan acordar disfrazar este impuesto con el Estado y pagar menos recursos al erario.
Pero no fue González quien en lo oscurito y en contra de su bancada, intentó negociar en diciembre con los casineros bajar este impuesto.
Como que Marco González se siente que lo están dejando fuera de la jugada y eso no le gusta mucho.
Un líder sindical pusilánime
El que ni pío ha dicho sobre las medidas de ahorro anunciadas por el gobernador Jaime Rodríguez es el líder del sindicato de Burócratas del Estado, Juan Manuel Cavazos.
El líder sindical ha brillado pero por su ausencia para salir a contestarle a “El Bronco”, que anunció la eliminación del bono del servidor público y recortes salariales.
¿Qué dijo el representante de los burócratas estatales? Nada.
La verdad es que Cavazos desde el inicio de la administración independiente no ha metido las manos por ninguno de los trabajadores sindicalizados que han sido despedidos por el nuevo gobierno. Tampoco ha intervenido para frenar los maltratos laborales que los empleados de Nuevo León han padecido por parte de la administración de “El Bronco”.
Una duda: ¿Si Cavazos no defiende los derechos laborales de sus representados, qué intereses sí protege? ¿Sólo los suyos y los de sus parientes en la nómina estatal?
El calendario de Myrna
La diputada del PAN, Myrna Grimaldo, mandó a hacer unos calendarios con su foto para repartirlos casa por casa.
No es broma.
Obvio que la ocurrencia de la legisladora no pasó desapercibida en las redes sociales, que ayer hicieron un festín de burlas con el calendario de la presidenta de la Comisión de Presupuesto del Congreso del Estado.
“Están más padres los que dan en la carnicería”, escribió un tuitero.
“¿En qué mes sale en traje de baño?”, se burló otro.
“Deja tu el calendario, los zapatos”, puso alguien más en Twitter.
Seguro Grimaldo dirá que pagó con su dinero la impresión de estos calendarios, que hoy son parte del tren del mame en redes sociales.
¿Quién le dijo que era una buena idea poner su foto en un calendario que seguro hoy será el blanco de los dardos de los ciudadanos? ¿En qué mundo vive, señora?
