La paridad total, que nació en el Senado de la República en la iniciativa de la senadora Kenya López Rabadán, ya ha sido aprobada por la mayoría de los congresos locales en el país. Pero todavía falta algunos como Nuevo León, Baja California, Aguascalientes y Tamaulipas.
¿Nuevo León? Sí. Vaya usted a saber qué hagan los diputados y diputadas en receso, pero por lo visto no le han tomado tanta importancia a esta minuta. Claro está que todos los temas son importantes en un estado de la República como el nuestro (en constante crisis). Sin embargo, estamos llegando tarde a una cita que debimos tener casi de forma inmediata tratándose de algo que ya se demostró que existe el consenso.
Quiero pensar de buena fe que quizá estén sumamente ocupados, pero que esas agendas reales de trabajo podrían coincidir perfectamente en una sesión extraordinaria para consumar la votación que se requiere para que la paridad en los tres niveles de gobierno y los tres Poderes sea una realidad para el país entero.
Sobre todo viviendo en un estado en donde los feminicidios, la violencia intrafamiliar, el acoso y abuso sexual, son indicadores de lo grande que es el reto para buscar la equidad en materia de género y lo mucho que nos queda pendiente por legislar por nuestros derechos.
La lucha que han dado muchas mujeres para tener un espacio dentro del poder público -que se consumó en un Senado paritario, por ejemplo- ha puesto en la mira que más mujeres estemos tomando decisiones de la vida pública. Cuando la cultura no lo permite por el propio machismo, entonces, la ley puede empujarlo hasta que no tengamos necesidad de la obligatoriedad de la paridad.
Más allá del género, lo que necesitamos es conciencia de género, en donde hombres y mujeres veamos las evidencias de que nos beneficia poner el piso parejo. Abrir las posibilidades de romper estereotipos en donde algún día no sorprenda tener a hombres haciendo funciones que sólo concebimos por paradigma para las mujeres; como también mujeres que hacen aquello que en nuestros imaginarios colectivos “sólo son (cosas) que pueden hacer los hombres”.
Por supuesto que el mérito y el talento cuentan. Deben ser evaluados con especial atención dentro de la función pública. No obstante y lamentablemente estás son casi siempre en los casos exitosos circunstancias creadas a partir de la confrontación personal con el machismo. Es decir, son logros personales, pero no basados en un piso parejo de derechos que haga la igualdad de circunstancias para que las decisiones sean mucho más sencillas y las oportunidades iguales para demostrar el talento, que como bien sabemos, eso no tiene género.
Espero los diputados y diputados de la actual Legislatura puedan avanzar en esta minuta. La reforma constitucional es un hecho histórico del que ya nadie se puede evadir y que, además, abre la puerta a un nuevo capítulo que están escribiendo las luchas de las mujeres más jóvenes y representando las causas que más demandamos como la mitad de la población que somos.
Nuevo León no puede no tener un lugar en la lista de los Congresos cuyos integrantes han comprendido la importancia de la urgencia de hacer posible esta votación.
No podemos sumar un rezago más a los muchos que, obviamente, tenemos. Necesitamos #paridadentodo así que demandamos que en los siguientes días esto pueda suceder en el marco de una decisión unánime que estamos seguras está ya reconfigurando el poder y el mapa de lo que viene para lo público.
Ayúdanos a construir esa realidad de futuro para las niñas. Mandemos un mensaje claro al Congreso del Estado, sus grupos parlamentarios y coordinadores para que no pase de septiembre. Estamos seguras que podemos llegar a tiempo a la cita historia de nuestra deuda pendiente.