Nuevo presupuesto
En la Cámara de Diputados ya se preparan para hacer toda la reingeniería del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2016 que se verá seriamente recortado respecto al de este año.
Esta semana, legisladores federales analizarán, junto con expertos de la UNAM y el Banco Mundial, cuál será la forma en que se construirá el presupuesto de base cero que el Gobierno federal ha anunciado para el próximo año.
Redes de PoderEn la Cámara de Diputados ya se preparan para hacer toda la reingeniería del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2016 que se verá seriamente recortado respecto al de este año.
Esta semana, legisladores federales analizarán, junto con expertos de la UNAM y el Banco Mundial, cuál será la forma en que se construirá el presupuesto de base cero que el Gobierno federal ha anunciado para el próximo año.
Esto implica que en los próximos seis meses el Gobierno federal deberá revisar cada uno de los programas de gobierno para decidir cuáles sirven y darles recursos, y desaparecer los que no funcionen, para presentar al Congreso su propuesta en septiembre próximo. Sin embargo, poco servirá que los diputados se preparen para el PEF del 2016… porque ya tocará analizarlo a los nuevos congresistas de la LXIII Legislatura, que comenzarán sus funciones el 1 de septiembre, una semana antes de que el Ejecutivo envíe su Proyecto de Presupuesto.
De león a Cordero
Al senador panista Ernesto Cordero se le quitó lo león y le salió el apellido. Ayer ya anunció que sus problemas con el dirigente, Gustavo Madero, terminaron.
Bueno, terminaron de manera momentánea, por el período electoral. Que se vea claro que los intereses por ganar los llevan hasta a reconciliarse. Esto quiere decir que cuando se acaben las elecciones los fieles a Cordero volverán a pensar que Madero solapó los moches y otros actos de corrupción. Y Madero volverá a pensar que Cordero y los suyos ya hicieron de las suyas en el sexenio de Felipe Calderón. ¿A qué los panistas?
El amor al ‘Perro’
La muerte del luchador “Perro” Aguayo Junior deja muchas lecciones. La primera es que los luchadores están poco protegidos y que los protocolos de acción en la lucha libre en México –una expresión artística, deportiva y cultural clásica del país– son ínfimos.
La palabra que nadie ha querido utilizar y es la única que cabe es: negligencia. La empresa deberá de dar una explicación, porque solo los familiares han hablado del tema, pero los empresarios nada.
Por otro lado, las muestras de cariño y la solidaridad del gremio han sido asombrosas. Si es un espectáculo que es una insignia de México, ¿por qué no tener más atenciones y seguridad para los luchadores? Esa lucha la tendrán que dar los luchadores en otro ring.