¿Pagando el pacto 2006?
Ya no se discute que el triunfo de Felipe Calderón en la elección presidencial del 2006 se logró con la alianza del ala salinista del PRI, con Elba Esther Gordillo y con los gobernadores del llamado Tucom.
Pero para que ese pacto funcionara entonces, fue necesario el palomeo de dos presidentes y un futuro presidente.
El presidente de México, Vicente Fox; el presidente del PAN, Manuel Espino; y el futuro presidente, Felipe Calderón.
Seis años después de aquel pacto ni Fox, ni Espino, ni Calderón, son los mejores aliados de la candidata panista Josefina Vázquez Mota.
Redes de PoderYa no se discute que el triunfo de Felipe Calderón en la elección presidencial del 2006 se logró con la alianza del ala salinista del PRI, con Elba Esther Gordillo y con los gobernadores del llamado Tucom.
Pero para que ese pacto funcionara entonces, fue necesario el palomeo de dos presidentes y un futuro presidente.
El presidente de México, Vicente Fox; el presidente del PAN, Manuel Espino; y el futuro presidente, Felipe Calderón.
Seis años después de aquel pacto ni Fox, ni Espino, ni Calderón, son los mejores aliados de la candidata panista Josefina Vázquez Mota.
Peor aún, Fox y Espino están abiertamente apoyando al priista Enrique Peña Nieto. Y Calderón, pues…
Algunos se cuestionan si el abandono de Vázquez Mota y el apoyo a Peña Nieto no será otra cosa que el pago de la factura de aquella metida de hombro al PAN y a Calderón en el 2006.
“Yo te ayudo a conservar Los Pinos, porque a final de cuentas a ninguno nos conviene que llegue “El peligro para México”. Pero dentro de seis años tú me les devuelves. ¿Va?”
Dos rostros sonrientes
De lo que no cabe duda es que en medio de tanta intranquilidad política hay dos rostros muy sonrientes. Los de Felipe Calderón y Marcelo Ebrard.
Dicen los que saben que el presidente y el jefe de gobierno del DF se sienten muy tranquilos porque en el fondo, pase lo que pase el primero de julio, estarán en la jugada.
Si el PRI gana, los nexos de ambos con Elba Esther Gordillo les dan pasaporte de tranquilidad. Más aún cuando se comienza a saber que Ebrard fue uno de los impulsores secretos de Gabriel Quadri para la candidatura del Panal.
Y si el nuevo presidente es López Obrador, con Ebrard como secretario de Gobernación, el tendido de puentes entre el que se va y el que viene también está garantizado. Algo así como el papel que jugó Liébano Sáenz en la transición Zedillo-Fox.
Pero lo que si parece claro es que detrás de todo este operativo de apaciguar los ánimos tendiendo puentes, podría estar el nombre de Manuel Camacho.
Si, el mismo a quien en 1989 Carlos Salinas de Gortari lo responsabilizó de operar la tersa y exitosa transición en el sindicato de maestros, cuando salió Carlos Jongitud y entró Elba Esther Gordillo.
Los puntos de Quadri
En la elección presidencial del 2000, la soberbia del PRI ninguneó la alianza con el Partido Verde. El desdén le costó a los tricolores la salida histórica de Los Pinos.
El entonces candidato panista Vicente Fox logró canalizar esos seis puntos a su favor y con el último empujón de Porfirio Muñoz Ledo, se alzó en la victoria. El PAN solo no completaba para alzarse con la victoria.
Viene esto a colación ante la pregunta ¿cuánto valen los cinco puntos que ya tienen acumulados Gabriel Quadri y el Panal?
En momentos en que las últimas encuestas dejan un margen de cuatro puntos entre Peña Nieto y López Obrador, los cinco puntos son la diferencia entre ganar y perder. Para uno y para otro.
Por eso sobran quienes piensan que en la medida en que esa brecha se acorte, subirán las presiones para que La Maestra y su candidato apunten hacia una definición de voto útil.
El precio, de nuevo como en el 2006, sería el de negociar condiciones de transición pacíficas. Solo que ahora para permitir que Elba Esther Gordillo pueda dejar sin venganzas del liderazgo magisterial.
Pero lo que es más importantes, que exista un pacto para que, al igual que lo hizo Jongitud con ella, sea La Maestra la que pueda influir en quien será su relevo.