Paren Monterrey VI
Los jóvenes parecen seguir siendo una de las muchas piedras en el camino de Enrique Peña Nieto.
Su primera ofensiva fue la unión universitaria, con el #Yosoy132, que casi lo saca del camino a la Presidencia de la República.
Meses después surgieron el #Yamecanse y el #Somos43, como un eco que llega constantemente al oído Presidencial.
Pero tristemente, el problema detrás de la juventud es más peligroso y dañino, pues no se cura con medicina y se llama corrupción.
Tatiana ClouthierLos jóvenes parecen seguir siendo una de las muchas piedras en el camino de Enrique Peña Nieto.
Su primera ofensiva fue la unión universitaria, con el #Yosoy132, que casi lo saca del camino a la Presidencia de la República.
Meses después surgieron el #Yamecanse y el #Somos43, como un eco que llega constantemente al oído Presidencial.
Pero tristemente, el problema detrás de la juventud es más peligroso y dañino, pues no se cura con medicina y se llama corrupción.
La situación de fondo en ambos casos es corrupción y complicidades, que hoy vuelven a aparecer a lo largo y a lo ancho del país.
En Nuevo León están afectando al presidente, pues el gobernador se empeña en seguir su ejemplo, en la complicidad Presidencial, a menos de que sea algo “genético” y sean producto del mismo padre: SISTEMA DE PARTIDOS Y PRI.
Digo todo lo anterior, porque el caso de Monterrey VI es un tema que se ha publicado en muchas plataformas informativas, hasta llegar a oídos internacionales, y está ligado al tema de la corrupción y de los constructores preferidos.
En un principio sería el grupo de Montemorelos quien construiría el acueducto hacia el sur del estado de Nuevo León, pero de pronto subió el precio de forma exponencial y fue entonces que entraron los amigos del presidente Peña Nieto, o sea el grupo Higa.
El caso del tema de traer agua del Pánuco no sólo es una locura muy costosa, además es un problema grave en cuanto a la falta de transparencia de quién va a pagar los trabajos y con cuánto nos vamos a endeudar.
Pero si a todo esto hay una respuesta es que usted y yo vamos a terminar pagando esto de forma directa o indirecta, de la misma forma en que pagamos todo lo referente a la deuda pública, el robo al erario y el despilfarro gubernamental.
Pero entre todo lo que ha salido a flote en el tema de Monterrey VI, hay un nuevo factor que viene a confirmar que las cosas en la vida pública se hacen con las patas y sin consecuencias.
El estudio sobre el que fincaron la realización de la obra es en un río que no es sobre el cual se haría la obra misma. Leyó bien. Se habla de traer agua del río Pánuco pero el estudio se hizo sobre otro río, el Tampaón.
Es al final de cuentas tan trágico el tema, que en lugar de estar gastando dinerales en sacar desplegados, los funcionarios de gobierno deberían de estar dando una disculpa pública y cancelando el proyecto.
No es posible que las autoridades de Agua y Drenaje tengan el descaro de seguir justificando ya lo injustificable.
Pero aquí cabe otra pregunta más: ¿En dónde está el Congreso de Nuevo León y sus diputad@s?
Así es, en dónde están y qué están haciendo para detener esta obra?
Sus posturas (claro, no la de todos, sino la de la mayoría) demuestran que están dedicados al tema electoral y sostenimiento del gobernador, en lugar de concentrarse en la defensa del dinero público y los intereses del ciudadano.
No es posible que en estos momentos el Congreso no le ponga un ultimátum al gobernador.
O inclusive, si no detiene esta obra, al menos que le detenga el presupuesto del siguiente año a Rodrigo Medina.
Si el presidente Peña Nieto metió reversa ante la cloaca que destaparon con el tren rápido México-Querétaro, consideramos que por lo menos el gobernador Rodrigo Medina, debe hacer lo mismo en el caso del megaproyecto hidráulico Monterrey VI.
Académicos, organizaciones de la sociedad civil, expertos y ciudadanos en general han coincidido en parar esta obra.
No puede ser que en la administración estatal sigan justificándola más sin fundamentos, con el capricho de seguir sangrando nuestra economía.
Ya una vez pasó, con el Penal de Mina, al que sólo le pusieron barda y no hemos sabido de más avances. Así seguirá pasando si no les ponemos un alto ahora mismo a esta obra.
Pero mientras usted y yo nos sigamos conformando con desfiles de inflables y campanazos navideños, ellos sabrán que pueden seguir jugando con nosotros.