No pretendo erigirme como juez, no lo soy, me descalifico en el conocimiento de muchas circunstancias en este paro arbitral, en esta huelga de árbitros sobre quién tiene la razón cómo, en dónde, que si reglamentos o no reglamentos, pero lo que si es definitivo es que este paro, esta huelga, debe considerarse como un paro de vergüenza.
Vergüenza para todos los que forman la llamada familia del futbol, desde directivos, Federación Mexicana de Futbol, Comisiones Disciplinarias y Arbitraje, jugadores, cuerpo técnico, en fin, todos ellos que no han sabido respetar al elemento más importante de todos, en donde comienza y en donde termina ese circulo privilegiado del deporte espectáculo-futbol-espectáculo, sí, el aficionado.
El aficionado que como usted y como yo nos sentimos traicionados, palabras que utilizó Ricardo Salinas Pliego, bien utilizada, en el sentido de que qué culpa tienen los aficionados, ahí debe estar su espectáculo, pero qué ha ocurrido, ¿por qué decimos que este es un paro de vergüenza?, porque todos los elementos que le acabo de mencionar, solamente de dientes para fuera, hablan de unión, de unidad, de respeto, esa palabra que utilizamos aquí antes del discurso de Decio de María del viernes, cuando señalamos que uno de los puntos fundamentales es que no hay respeto entre las partes ni mucho menos respeto a la autoridad.
Hablando del respeto a la autoridad, este es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, pero no nos metamos en cuestiones filosóficas, pero al policía, al ministerio público, a todos los que forman parte de la autoridad les hemos ido perdiendo el respeto, pero esto no es para filosofar, es para señalar qué pasa en el futbol.
En el futbol todos los directivos, jugadores, cuerpo técnico, arbitraje, comisiones, presidente de la Femexfut, presidente de la Liga, todos hablan de buscar la unión y respetarse, pero en cualquier momento en cuanto rascan tantito a sus intereses privados o de gremio, estallan y van unos contra otros.
¿Cuándo un equipo que gana ha atacado a un árbitro?, los que pierden, que son además los que pierden la cabeza, culpan al arbitraje, luego se ofrecen disculpas.
La falta de vergüenza, esto es para todo ese gremio, que le queda en sus intereses y en la forma de manejarlo, que si no hay reglamentos, que si los reglamentos no cumplen, que si hay ayuda o que si no hay ayudas a la hora de los castigos para suavizarlos, que este jugador es muy caro y no puede quedarse afuera un año, en fin todo esto, pero… ¿y el aficionado?
Ese aficionado que se quedó con el boleto en la mano, ellos pues se lo repondrán, pero y el aficionado que viajó a otra ciudad, y realizó el gasto y no hubo partido?
Falta de respeto al aficionado que hoy efectivamente se siente traicionado y conste, si esto sigue así, en lo que va a caer el futbol mexicano es en la indiferencia a la Liga MX, en la televisión hay otras alternativas y además en los espectáculos también.
