‘Perro no come carne de perro’

Aquel sabio proverbio es olvidado y retado cada semana en nuestra hoy llamada Liga MX cuando los ex árbitros, ahora erigidos y autonombrados como jueces indiscutibles, se han ido apoderando, a invitación expresa de los medios que ven aquí un enorme filo de rating, al conjuro de la polémica y el escándalo amarillista, de espacios en la TV abierta y cerrada, columnas en los diarios, programas de radio, más programas de análisis que se prolongan durante la semana hasta que llega la nueva jornada, solo para renovar y sustituir al árbitro que caerá en desgracia azuzados por productores y conduct

Alfredo Domínguez Muro Alfredo Domínguez Muro Publicado el
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Aquel sabio proverbio es olvidado y retado cada semana en nuestra hoy llamada Liga MX cuando los ex árbitros, ahora erigidos y autonombrados como jueces indiscutibles, se han ido apoderando, a invitación expresa de los medios que ven aquí un enorme filo de rating, al conjuro de la polémica y el escándalo amarillista, de espacios en la TV abierta y cerrada, columnas en los diarios, programas de radio, más programas de análisis que se prolongan durante la semana hasta que llega la nueva jornada, solo para renovar y sustituir al árbitro que caerá en desgracia azuzados por productores y conductores que ven en esto de señalar, evidenciar y hasta  amplificar los errores de los de “su raza”, basados siempre en la comodidad de la repetición, las cámaras lentas, los “slow motion”, las “phantom”  olvidándose del principio elemental de la…

Solidaridad del gremio

Haciendo pedazos al silbante que comete algún error olvidándose de un factor  fundamental e incuestionable, la tecnología que avanza no por años ni por meses sino por días y que en las épocas no muy remotas en las que los que pitaban antes son los hoy jueces de sus colegas, no existían con este grado de sofisticación lo que disminuía las evidencias.

No es que los de antes fueran mejores o peores, simplemente la tecnología que los puede poner en evidencia no llegaba al grado de sofisiticación de hoy,  y no se trata de que los ex árbitros hoy analistas tapen o solapen los errores de los que hoy tienen la responsabilidad en la cancha.

Se trata de ser parejos, imparciales y objetivos al analizar e irse a fondo en la elemental igualdad de circunstancias en donde de entrada hay que reconocer, y ellos lo saben más que nadie, que el árbitro debe pitar la falta a golpe de vista, en una reacción instantánea con el apoyo limitado de sus auxiliares que también deben reaccionar con inmediatez.

Rencores históricos

El gremio arbitral está fragmentado, dividido, los que se fueron son ignorados por los de ahora y su experiencia es desperdiciada en aras de un mejor colegio arbitral.

En las dos últimas décadas hemos tenido personalidades de la talla de los Brizio, Archundia, Ramos Rizo, Alcalá, Bonifacio Nuñez, cuyas carreras exitosas se han quedado solo en las vitrinas de las salas de sus casas.

El gremio no ha tenido el talento de saber asimilarlos y hasta comprometerlos en el propio beneficio de las nuevas generaciones arbitrales, y todos ellos han encontrado salida a su pasión por el futbol en las pantallas, micrófonos y columnas desde donde han formado trincheras en una separación que pasa por fingida indiferencia, y que que hoy se ha convertido en una guerra estúpida en la que de ambas partes se conocen tanto que saben explotar sus lados débiles.

Hoy el arbitraje de pantalla y micrófono ha convertido al arbitraje de cancha en el villano cotidiano, tema que de tanto repetirse se ha vuelto en una realidad ficticia.

El árbitro es el villano favorito de todos, el culpable de todas las derrotas, lo que han aprovechado también directivos, técnicos y  futbolistas para lanzar cortinas de humo a sus errores y fracasos.

Reitero mi dicho en “Marcaje Personal” de Azteca 13 y en “Palco Deportivo Radio”: rompámos este círculo perverso, dejemos que la cancha hable sola, quitemos la presión al arbitraje y seamos severos al juzgar los errores evidentes dejando los juicios lapidarios escudados en las cámaras lentas. 

Y si éstas nos entregan muestra de algún error evidente, señalémoslo con el atenuante de la reacción general “a golpe de vista”, que es la única herramienta del cuerpo arbitral…. Así de fácil.. 

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