¡Pinche Lula!

https://www.youtube.com/watch?v=U_Hxxzy7VBQ

Con tal de desviar la atención de las protestas aquí en Brasil por este engendro de monstruo de 15 mil millones de dólares, te tiras contra lo que se puede, inventando al más puro estilo populista rivales inexistentes. 

Ahora nos atacas, y hace semanas hasta alfombra roja te poníamos en México, no mi Lula, así no se vale.

No encuentro otra expresión más exacta a lo que hoy vivimos en Natal, esta paradisiaca ciudad al noreste de Brasil, cuando en medio de su campaña política de apoyo a quien ha sido su sucesora, Dilma Roussef, aprovecha al más puro estilo de los populistas, las corrientes de viento para desviar la atención a los problemas reales, a las huelgas, protestas por la espiral de costos, a las obras monumentales prometidas y no acabadas y peor, a las que ni siquiera han iniciado.

Lula se hace el ofendido por las críticas que surgen en nuestro país y por todo el mundo, NO contra Brasil y su economía o problemática social, sino en relación al grosero despilfarro de esta Copa del Mundo, para tirarle con todo a México y su economía, pasando por Pemex. Cierto, no somos perfectos ni nos subimos a ese ring populacherista, pero no estaría mal que aquellos que lo invitan y adulan llevándolo a foros y conferencias con mucho$$$$ dólare$$$$ por delante se lo pensaran dos veces, el doble discurso es patético.

No critico a Brasil 

Si me pongo el saco es porque me queda, no niego ni cierro los ojos a la realidad de nuestro país atorado hoy en las famosas Reformas, que de tanto discurso de los que apoyan las reformas y de los que no, y de algunos vivales políticos oportunistas (creámelo, sí los hay aunque le asombre) que con tal de ganarse votos y puntos, lanzan sus verdades a medias, que también son mentiras a medias,  nos tiene mareados y sin saber cómo viene la “pitcheada”. 

Tampoco es voltear la cara y soslayar nuestra problemática social, sin embargo, lo que a muchos nos pega de esta critica es el chocante estilo de los populistas, que encuentran cualquier huequito para salirse del verdadero tema, inventando con excelente retórica fantasmagóricos enemigos o Molinos de Viento, como el Quijote, aunque el personaje de Cervantes tenía mucho, pero mucho de esa fibra del hombre bueno.

 Lula y los de su estilo nada más no van por ahí, el expresidente brasileño encuentra un buen resquicio en la economía mexicana para no enfrentar el tema más agudo e importante de hoy en SU país, el despilfarro grosero, el desorden, la corrupción que salta a la vista, las componendas con los de la FIFA, la improvisación, el abuso a los que venimos con un alza de precios en hoteles y servicios que ofende y que, cuidado, se convertirá en boomerang para los que aquí viven y que no volverán a ver los precios anteriores, y los que nos iremos propagando estas anomalías por el mundo entero.

Lo que ni Lula ni Dilma van a hacer es enfrentar y responder a SU pueblo lo que este les cuestiona que, por cierto, es cosa de los brasileiros, y nada más.

No se vale

Exactamente igual a como lo hicieron hace ocho años antes de viajar a la Copa del Mundo de Alemania 2006, los seleccionados de Camerún hacen una huelga artificial, presionando a sus autoridades deportivas y futboleras para cobrar adeudos y exigir más lana por su participación en este Mundial de Brasil.

Todos estos jugadores juegan y ganan millonadas en Europa por méritos propios, no le roban nada a nadie, su calidad los avala y más aún su valor para surgir de entre las circunstancias adversas y hasta terribles por la que pasaron en su niñez y juventud, para salir gracias a su carácter y calidad, luego vencer en Europa obstáculos que van desde racismo hasta el no ser europeos en cuestiones FIFA. 

Todo esto es más que meritorio, lo que no se vale es chantajear y exhibirse por cantidades de cientos de miles de dólares que si bien se han pactado, insultan a ese pueblo camerunés metido en la pobreza y que los idolatra. No hubiera estado mal que en vez de ver por sus dólares hubieran hecho algo, lo que sea, por esa su gente, el futbol no puede estar tan abstraído de la problemática social de sus comunidades.