Para el PRI de Nuevo León no hay de otra: se trata de sobrevivir.
No importan las formas ni los modos, si es burdo o descarado, para los priistas de Nuevo León conservar el control del Congreso estatal era un asunto de alta prioridad y de supervivencia política.
Si había que comprar a los diputados del PES para unirlos a la bancada tricolor, si había que presionar para que los magistrados electorales metieran a diputados medinistas, era algo que se tenía que hacer.
Los priistas utilizaron los últimos cotos de poder a nivel nacional para mantener el control del Congreso y seguir conservando interlocución política con el gobierno de Jaime Rodríguez y contar con margen de maniobra para seguir protegiendo al exgobernador Rodrigo Medina.
Pero sobre todo: los priistas de Nuevo León necesitaban el Congreso estatal para desde ahí intentar comenzar la reconstrucción del partido que está en la ruina política después de la elección del 1 de julio.
Y conservar Monterrey y Guadalupe será el siguiente paso.
Sólo en Nuevo León pasará que el partido que sólo pudo ganar 2 curules por mayoría en el Estado, el partido que estaba condenado a ser un partido del montón, será el que controle el Congreso de Nuevo León.
Solo en Nuevo León el partido que logró la mayoría de las diputaciones, que sacó el mayor número de votos, el PAN, seguirá siendo un observador más sin ninguna influencia en el Legislativo.
Arturo Salinas, el gran sacrificado
El excoordinador de los diputados del PAN de Nuevo León, Arturo Salinas, fue el gran sacrificado en la negociación para la conformación del Congreso estatal.
Salinas prácticamente había quemado sus naves con el resto del PAN y puso su destino en manos de Zeferino Salgado, el jefe del Grupo San Nicolás.
Finalmente Chefo sacrificó también a Salinas para que Carlos de la Fuente no tuviera ninguna sombra en el Congreso de Nuevo León como coordinador de los diputados panistas.
No sabemos qué hará Salinas ahora. No trabajó ninguna relación a largo plazo con algún grupo del PAN que hoy lo pueda rescatar.
Feminicidios en Nuevo León llegan a Bellas Artes
La tragedia de los feminicidios que vive Nuevo León llegó ayer al Palacio de Bellas Artes.
En el homenaje rendido a Minerva Margarita Villarreal, como parte del ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana, la poeta regiomontana recitó parte del poema “Vike” que aborda precisamente el crimen de una mujer en Nuevo León.
La directora de la Capilla Alfonsina aprovechó también el foro para leer parte de su nueva obra que está a punto de publicarse.
“No retrases los planes, no detengas el pacto, no te detengas”.
Entre el público asistente estuvo presente el senador de Nuevo León, el panista Víctor Fuentes, exalcalde de San Nicolás.
Casi a la misma hora, pero en Monterrey, se inauguró la exposición “Huellas, pasos por la memoria, verdad y la justicia. Lucha contra la desaparición forzada en México”, en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario.