Existen tres indicadores estadísticos básicos que reflejan de una manera muy clara la situación de la industria del acero de México: la producción de acero líquido, el consumo nacional aparente (CNA) y la balanza comercial. En 2012, México vivió una paradoja: la contracción de la producción de acero líquido frente al incremento en el consumo nacional aparente, auspiciado por un sensible ascenso de las importaciones.
En cuanto a la producción de acero líquido, México se ha ubicado en el lugar número 13 a nivel mundial en los últimos años, y el 2012 no fue la excepción. En el continente americano, nuestra nación ocupa el tercer lugar en la producción de acero, después de EU y Brasil.
Como una referencia, es conveniente recordar que la producción ha venido incrementándose a una tasa anual de crecimiento compuesto del 3 por ciento en los últimos 23 años. Este desempeño es una consecuencia directa de las inversiones que se han venido realizando por el sector y de la dedicación de una industria comprometida con el desarrollo del país.
Adicionalmente, hay que señalar que la capacidad de producción de acero crudo también ha tenido una evolución positiva, situándose en el 2012 en aproximadamente 22 millones de toneladas. Las expectativa son alentadoras y se espera un sensible incremento por las fuertes inversiones que se están realizando actualmente en varias de las acerías más importantes del país.
No obstante este contexto de dinamismo, la producción nacional de acero crudo del 2012 no tuvo crecimiento alguno, estancándose en un volumen ligeramente inferior al del 2011, con 18.095 millones de toneladas. Este estancamiento resulta preocupante, cuando lo confrontamos con el aumento experimentado por el CNA en 2012, su incremento anualizado fue del 11.2 por ciento, que no corresponde en lo absoluto al desempeño de la producción.
Al desagregar los componentes del CNA, observamos, en primera instancia, un grave descenso en las exportaciones de productos de acero de casi el 13 por ciento en 2012. Estos resultados representan el tercer periodo más bajo de los últimos diez años. Cabe también resaltar que, a pesar de los numerosos tratados de libre comercio que ha firmado nuestro país con el mundo, más del 90 por c iento de las exportaciones mexicanas de acero se concentran en América, siendo Estados Unidos el destino de alrededor del 60 por ciento de las mismas.
En contraste, las importaciones de productos siderúrgicos crecieron en 2012 en casi un 36% en términos anuales, acumulando un volumen récord en la historia de la industria mexicana del acero. Si bien, la mayor parte de estas importaciones proceden de Estados Unidos, se ha registrado un sensible crecimiento del tonelaje proveniente de países con los que México no tiene firmados acuerdos comerciales, como Brasil, Rusia, China, Ucrania y Corea del Sur.
La desgravación de los impuestos de importación concernientes al sector acero ocurrida de enero a julio de 2012 tuvo un impacto adverso en la industria, que se confirma con el aumento de las compras del acero foráneo.
Consecuentemente la balanza comercial en el 2012 fue deficitaria y representa los peores resultados de la industria en su historia. Lo anterior nos lleva a pensar en la necesidad de una política industrial que aliente la producción doméstica y que revise a fondo las prácticas comerciales desleales que frenan el desarrollo de nuestro país.
El autor es presidente de la Comisión de Estadísticas de la Canacero.