Los Juegos Olímpicos son un espejo fiel a la realidad política, económica y social del planeta, aquí se traen las raíces, los principios de cada atleta y, supondríamos de manera optimista que esta convivencia en esa Villa Olímpica, que es el mosaico del color de todas las naciones, ese acercamiento de gente bien intencionada con un denominador común que es el principio fundamental del Olimpismo, juego limpio, convivencia, el mayor esfuerzo y respeto al rival.
Este fin de semana sin embargo, se dieron casos de complejos ancestrales, de odios raciales y religiosos que fueron, por fortuna, desaprobados con un abucheo del público presente, y en el eterno contraste reacciones espontáneas de fraternidad entre representantes de pueblos enfrentados por temas políticos.
EGIPCIO NIEGA EL SALUDO A ISRAELÍ
El enfrentamiento tenía que darse de una u otra forma en las gráficas y sorteos de las competencias Olímpicas, así en el JUDO categoría de los 100 kgs., el draw colocó al egipcio ISLAM EL SHEHABI frente al ISRAELÍ OR SASSON.
El combate se desarrolló conforme a lo normal, hasta que llegado el final, el juez da por terminada la pelea y cuando todos esperaban el saludo después de la caravana ritual, El Shehabi deja con la mano extendida a Or Sasson, que ante este gesto retira la mano, lo mira con enojo y se retira entre aplausos por su gesto y por haber ganado el combate, seguido de sonoros abucheos al judoka de Egipto.
Islam El Shehabi había decidido no combatir contra el de Israel debido a las amenazas en redes sociales y a la insistencia de sus familiares y amigos por esa misma vía, sin embargo el Comité Olímpico de Egipto lo obliga a subir, al final solo expresó: “Tengo prohibido saludar a un judío”.
Serbios y kosovares no pueden estar juntos
Para los atletas de Serbia está prohibido compartir podium con sus similares de Kosovo.
SERBIA reclama y no acepta la INDEPENDENCIA de aquella región que hasta 2008 formara parte de su territorio, y que fue anexada a principio de los años 90 después de la guerra que rompió en pedazos al la exYugoslavia.
KOSOVO está enclavada en los Balcanes, sin salida al mar, con una superficie cercana apenas a los 11 mil kilómetros cuadrados con casi 2 millones de habitantes.
SERBIA reclama ese territorio desconociendo su independencia “unilateral”, cuya autonomia después de una cruenta guerra (¿cuál guerra no lo es?) es ya reconocida por mas de 100 naciones en la ONU.
Además de Serbia países como España por su conflicto interno en las aspiraciones independentistas de Catalunya y Rusia, mismo caso, con Chechenia, no reconocen esta independencia de Kosovo con predominante población de origen albanés.
Es más, en la UEFA los jugadores de Kosovo alinearon por última ocasión dentro de la selección de Albania y lo harán ahora por Kosovo, al ser admitidos a esta asociación el pasado mes de junio.
Los atletas serbios tienen la instrucción de NO compartir podium, si este se presenta, con algún atleta de Kosovo.
La única opción para que esto se diera fue en la Final de judo de 52 kgs., en donde la gran favorita, MAJLINDA KELEMENDI, de Kosovo, se impuso a la italiana Odette Giufrida, el bronce para Rusia y todo en paz.
Majlinda había luchado abiertamente por representar a Kosovo desde 2008, finalmente este país es admitido por primera ocasión en los Juegos Olímpicos y se van con este oro que sabe a gloria.
Las coreanitas ponen el ejemplo
Hace unos días en las competencias de rondas clasificatorias de Gimnasia Artística, coincidieron los equipos de Corea del Sur y Corea del Norte (República Popular de Corea), enfrentados desde hace más de 70 años.
Terminadas las rutinas comenzaron a platicar entre ellas y de pronto dos de ellas, LEE EUN JU, de Corea del Sur y Hon Un Jong de Corea del Norte, sacaron los celulares para tomarse unas selfies sin ninguna intención política.
Las fotografías se hicieron virales en redes sociales y hoy son un símbolo del espíritu fundamental de tolerancia y respeto, que si los ejércitos o los políticos de las dos Coreas no han logrado resolver, estas dos pequeñas grandes atletas han dado un paso extraordinario, a grado tal que el Gobierno de
Corea del Norte hasta hoy no ha dado señales de tomar represalias con Hon Un Jong, ya que de antemano los atletas de este país tenían instrucciones de “no convivir” con sus “hermanos” del sur.