Lo dicho aquí mismo desde nuestra edición del lunes, hay demasiadas razones para hacer favorito a Tigres y casi nada a favor de Pumas, que por lo visto han llegado a su techo en este torneo. Desde el silbatazo inicial se hizo evidente que ya no hay para más.
Desde el primer tiempo de este juego “de ida”, pudimos apreciar una superioridad de los locales del “Tuca”, a tal grado que el 2-0 parcial parecía salirle barato a los de “Memo”, por momento era algo así como una batalla entre un grupo con ametralladoras contra otro con resorteras.
No se puede exigir a nadie que dé más de lo que tiene, hoy los Pumas de esta Liguilla ya no dan para más, hasta aquí llegaron a jalones y tirones, hasta aquí se quedaron.
Tigres por el contrario, lleva una Liguilla totalmente bajo su control, ganan dos veces a Chiapas, empate a cero y triunfo indiscutible sobre Toluca y anoche le pasan por arriba al súper líder Pumas.
La aplanadora tigre
Un abismo de distancia entre el Súper líder Pumas y los súper Tigres anoche en el Universitario de Nuevo León, casa de los súper Tigres.
Desde el silbatazo inicial, los del “Tuca” se fueron con todo como si el juego fuera a durar solo cinco minutos sobre la portería del “Pikolín”, que bastante hizo con detener la primera metralla Tigre, hasta que llega ese empujón de Javier Cortés a Sobis, que unía su esfuerzo al de sus compañeros de la zaga Puma que no veían lo duro sino lo tupido, cierto, jugada apretada pero…
A cinco metros….
El árbitro del partido José Alfredo Peñaloza no duda en marcar ese penalti justiciero que el mejor jugador de la Liga MX, André Pierre Gignac, cobra casi por el centro y arriba con un cañonazo que si “Pikolín” le mete la mano, la hubiera dejado colgada del balón y estrellada en la red.
Esa fuerza en el chutazo de Gignac, motivada por muchas razones, la primera colocar con justicia a “sus” Tigres arriba en el marcador cuando dominaban a placer, era apenas el minuto 14, luego por los penaltis fallados con anterioridad y por si fuera poco, por la intensidad, emoción y pasión de su “Ya” corazón felino, conectado desde hace meses con esa súper afición Tigueereee.
Pumas trata, pero no puede siquiera retener el balón para tratar de darle pausa y enfriar a la aplanadora Tigre. Javier Cortés y Alejandro Castro, bastiones en la temporada regular, son superados en cada jugada, no alcanzan ni a recuperar ni a retener, Matías Britos pasa de noche y Fidel es un cero a la izquierda en esa media cancha Puma de plastilina.
Al 28’, una jugada relampagueante por derecha, balón a línea de fondo, diagonal que cae a Javier Aquino por izquierda que recibe más solo que un candidato perdedor, cambia de pierna y se revienta un chutazo a segundo poste para un golazo que marca el 2-0 y Tigres a descansar, Pumas a buscar variantes urgentes.
El segundo también es tigre
Los Tigres salen del vestidor con la misma inercia y convicción a las instrucciones de “Tuca”, mantener el control y la intensidad, pelear todos los balones en toda la cancha, buscar más goles que definan una ventaja prácticamente inalcanzable para el juego de regreso en C.U.
El 3-0 cae al 60’ en un centro que Darío Verón despeja mal al corazón del área, en donde remata Gignac, rechaza “Pikolín” para el contrarremate de Sobis.
Todavía Tigres tuvo para matar fallando una y otra vez frente al arco Puma, las elocuentes expresiones de rabia del “Tuca” son el reflejo de lo que ocurría en la cancha en ese segundo tiempo, muchas llegadas y muchas fallas.
Así las cosas pues, Pumas con lo que trae no va para más, lo único que puede separar a Tigres del título sería un exceso de confianza, un sentirse Campeones sin completar los 90 minutos del juego final este domingo, solo que con el “Tuca” al mando eso no va a suceder… Así de fácil.